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LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO 5 Entre tanto en Colombia se había sancionado la Ley por la cual se declaraba que pertenecía al Gobierno el Ejercicio del Patronato, ley que fué sancionada el 28 de Julio de 1824 (i). La Ley foé remitida al Sr. r1 1 ejada, quien se apresuró a manifestarla al Santo Padre; pero la Santa Sede guardó abso– luto silencio sobre ella (2). A instancias de Tejada y pasado algún tiempo, el Santo Padre le permitió entrar en los Estados Pontificios, primera– mente a Civitavecchia y luego a Roma. Desde entonces Tejada desplegó una actividad extraordi– naria en favor de los intereses espirituales de su Patria. Se había ganado la simpatía del Cardenal Secretario de Estado y sobre todo del mismo Pontífice Pío VII, quien le honró con algunas audiencias nocturnas (3). Tejada ann cuando no fué reconocido hasta 1835 como representante diplomático de la Nueva Granada, f'ué tratado con altas consideraciones por parte del Gobierno Pontificio, que había dado órdenes ocultas de tratarlo como si fuera un repre– sentante de una nación amiga. Obra de su actividad fué el nombramiento de Obispos para las diócesis vacantes del país, problema delicado por entonces. Toda la actividad de sus relaciones con la Santa Sede se encuentra compendiada en la preciosa, documentación que existe en el Archivo Vaticano, por la cual se trasluce el espíritu se– reno, tranquilo y sobre todo el catolicismo del Sr. 'l1ejada, de quien hace elogio el Cardenal Albani, cuando en su relación antes citada dice: « El carácter de Tejada es el de un hombre sumamente pacifico hecho para conciliarse». B) Reconocimiento del Gobierno de la Nueva Granada por parte de la Santa Sede. La actividitd del Sr. Tejada por los intereses espirituales de su Patria non debía quedar sin recompensa; y así es cómo, en premio de sus fatigas, tocóle a él mismo ser reconocido (1) Codificación Nacional, t. I, p. 354, número 176 de orden. (2) RivAs, ob. cit., t. I, p. 434. (3) Estos datos estan tomados de una relación hecha por el Cardenal Giu– seppe Albaní, del 9 de Abril de 1829. Of. Archivo Vaticano, Segretaria di Stato, Affari d'America, Rúbr. 279, año 1829.

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