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í-Iiíario a la primera, si bien dice que los que adoptaban la se– gunda, en realidad de verdad, creían lo mismo que creen lbs católicos. · · 4. Las demá:, ,)bras de Hilario son en parte eclesiástico: políticas, en parte exegéticas. Son de carácter eclesiástico-po– lítico o histórico los dos libros «Ad Constantium» y la obra «Contra Constantium». En el primer libro de la obra ~Ad Constantium» (355} defiende Hilario su integridad política y la -de sus compañeros, de las acusadones de Saturnino. El se– gundo libro es una súplica que dirigió el 360 a la corte de Constantinopla para obtener una audiencia, y como fuese re– chazada su petición, desahogó su dolor y su cólera en el libe– lo «Contra Constantium », el cual no se publicó hasta la muer– te del emperador; en él echa en cara a éste sus crueldades y desafueros contra los caudillos de la ortodoxia, le compara con Nerón y Decio, y le llama Anticristo. El primer ensayo exegé!ico, y a la vez las primicias litera– rias de Hilario, es el Comentario al Evangelio de San Mateo, escrito antes de su destierro. En él no se tiene en cuenta el texto bíblico griego, y sólo se busca el sentido profundo o profético de los versículos y sucesos narrados. Son mucho mejores los «Tractatus super P;:ialmos », que explican casi la tercera parte de los Salmos, y en los que el autor procura, si– quiera esta vez, atenerse al sentido literal , consuitando ade– más las traducciones griegas; pero la mayor parte de las ve– ces sigue las interpretaciones alegóricas de Orígenes, y consi– dera como misión propia del exégeta la .de descubrir el sentido o significado elevado del sagrado texto. También fué Hilario el primer himnógrafo de Occidente; la idea de componer cánticos espirituales le asaltó en el Asia Menor, dcmde conoció los magníficos cánticos sagrados de la Iglesia griega, y al querer trasladarlos al Occidente, compuso sus himnos latinos. Son de versificación incorrecta, y no tu– vieron aplicación alguna a la lit-urgia; se han conservado pocos, y aun éstos con mucnaslagunas. § 4 3 San Ambrosio de Milán 1. La vida de San Ambrosio fué escrita a raiz de su muer– te, por consejo de San Agustín, por el clérigo Paulino, que habíá sido secretario del s~mto. Nació Arnbrosiu <,k una n.o-.
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