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- 86 - antigua costumbre de la Iglesia, al papa Celestino l. Lo mismo ·hizo Nestorio. Al año siguiente, sentenció el p¿,pa contra éste, y le amenazó con la excomunión. En el mismo año, publicó Cirilo, en un sínodo de Alejandría, un símbolo de fe contra Nestorio con doce anatematismos, en los cuales estabán com– prendidas todas las falsas doctrinas del patriarca; a esto con– testó Nestorio con doce contraanatematismos. El concilio general de Efeso (431), que presidió Cirilo, aceptó los anatematismos· de éstc>, y en la primera sesión fulminó sentencia de excomu– nión y deposición cor1tra Nestorio. Al divulgarse la noticia por la ciudad en la tarde de aquel mismo día, hiciéronse gran– des iluminaciones, y el pueblo alborozado acompañó a sus casas a Cnilo y a los demás obispos con hachas encendidas y entre nubes de incienso. Inmediatamente después llegó el patriarca Juan de Antioquía, amigo de Nestorio, para celebrar un conciliábulo con sus sufragáneos, captándose la benevo– lencia y atrayendo a su causa al emperador Teodosio 11, por lo cual Cirilo y Memnón, obispo de Efeso, tuvieron que pasar dos meses en la cárcel. No se llegó a un acuerdo hasta que en el año 433 compuso Ttodoreto de Ciro un símbolo de fe, en el cual se llama Madre de Dios a la Santísima Virgen, y a la unión de las dos naturalezas en Cristo asigjitos enosis. Nestorio murió desterrado en el Alto Egipto; Cirilo en Ale– jandría el 444. 2. Las obras de Cirilo se distinguen por la agudeza de su argumentación más bien que por la belleza del estilo. Entre ellas sobresalen los diez libros •Contra Iulianum •, o sea una refutación del primero de los tres libros del emperador Julia– no •Contra Galilceos »; con los materiales de esta apología, se puede reconstruir casi íntegramente el primer libro de la obra extraviada de Juliano. Todas las obras dogmiticas de Cirilo son de cará'-ter po– lémico; compuso las primeras contra los arrianos, y contra Nestorio las últimas. A aquéllas pertenece el «Thesaurus de sancta et consubstan1iali Trinitate »; a las segundas las tres memorias «De recta fide •, escritas al principio de la contro– versia nestoriana, y dirigidas al emperador Teodosio II, a su esposa Eudoxia, y a sus tres hermanas; laego, los doce anate~ matismos ya mencionados (n. 0 1). La obra •De incarnatione Domini •, que publicó por piimera vez el cardenal Angelo Mai, no es de Cirilo, sino de Teodoro de Ciro. En las ediciones de las obras de Cirilo, las que ocupan