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-5- esta obra (ya de 13 tomos), la cual fué como un archivo para la edición berlinesa de los Santos Padre. Para la literatura la– tino-eclesiástica es muy útil la <Allgemeine Geschichte der Literatur des Mittelalters im Abendlande », por Ebert, l, 2.ª ed. Lips. 1889 (el primer tomo llega hasta Carlomagno), Contiene una bella exposición de la vida y en parte también de la subs– tancia de los escritos de los Santos Padres más célebres, la voluminosa obra de Bohringer, « Die Kirche Christi und ihre Zeugen », 2.ª ed, (tomo I, secc. I [Zurich 1864]: Justino, Ireneo, Tertuliano, Cipriano; secc. 2, l.ª mitad [ib. 1869]: Orígenes; 2.ª mitad [Stuttgart 1874]: Atanasio; tomos VII y VIII [ib. 1875 y 1876]: Los tres Capadocios). 5. Díonisio de Petau (Petavio) [t 1652] puede ser con– siderado como el padre y fund ador de la Historia <le! Dogma. En su grande obra «De theolog1s dogmatibus » (4 tomos, París 1644 y sigs.) fué el primero que adujo la tradición como prue– ba de la doctrina católica, apoyándose en el criterio histórico en contraposición con la escolástica En el siglo siguiente po– dría citarse a Walch, «Entwurf einer vollstandigen Historie der Ketzereien », 11 tomos, Lips. 1762 El primer Manual de Hi.storia de los Dogmas cristianos fué publicado en 1797 por el protestante Miinscher, en 4 tomos, Marburg, el cual no abarca más que los seis primeros siglos. El mismo autor pu– blicó poco después (1811) un Compendio qe la historia del dogma cristiano. Entre los tratados generales modernos me– recen citarse, por parte de los católicos: Schwene, « Dogmen– geschichte », 4 tornos, l.ª ed. Múnster 1862, 2.ª ed. Frib. 1892 (conceptuado demasiado apologético, y en muchos lugares impunable); por parte de los protestantes, Seeberg. « Lehrbucb der Dogmengeschichte », 2 tomos, Erl. 1895 y 1898; Darner, «Grundriss der Dogmenge~chichte », Berl. 1899; pero especial– mente Harnach, «Lehrbuch der Dogmengeschichte », 3 tomos, Friburgo, l.ª ed. 1885, 3.ª ed . 1894 a 1897 (obra escrita se– gún el criterio de la teología liberal; según Harnack , la Iglesia católica preservó al cristianismo de las helenizantes agudezas de los gnósticos, pero ella misma no es más que el resultado de la secularización y helenización del primitivo cristianismo) 1. Entre las muchas investigacfones especiales sobresale la de Atzbevger, «Geschichte der christlichen Eschatologie inner– ha!b der vornicánischen Zeit », Frib 1896 2.ª