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-85- tarnbién ellas están dedicadas a un amigo de la juventud, ó sea a aquel Teodoro que mú~ tarde fué obispo de Mopsues– tia, el cual, dominado en su mocedad por los atractivos de una mujer, había abandonado la vida de monje. Por este mo– tivo le escribió Juan las dos cartas exhortatorias, logrando con sus razones restituir a su amigo al claustro que había abando– nado.-El breve libro «De virginitate», escrito para glorifica– ción del estado virginal, es .principalmente una declaración del capítulo VII de la Epístola I a los Corintios. Las 238 cartas pertenecen, sin excepción, a la época de su destierro, y tienen por objeto consolar a unos amigos amena– zados en su patria; 17 de ellas están dirigidas a la viuda Olim– pia, que siempre le había sido adicta en Constantinopla, y en el destierro le había dado muestras de afecto. Crisóstomo parece haber creado una nueva liturgia, espe– cialmente por med<o de la reducción del canon. La que lleva su nombre, y está en uso en la Iglesia griega la mayor parte del año, nos ha sido transmitida en diversas formas, y no con– cuerda bastante con lo que el mismo Crisóstorno dice tn sus escritos acerca de la liturgia de su tiempo. § 41 San Cirilo de Alejandrí l l. Cirílo fué sobrino del famoso patriarca Teófilo de Alejandría, y a su muerte (412) le sucedió en el patriarcado. En este cargo fué el causante de la expulsión de los nJvacia– nos y judíos de la dudad, motivo por el cual se malquistó con el gobernador Orestes; pero no tomó parte alguna en el asesinato de la celebérrima filósofa Hipatia de Alejandría (415). Desde el 428 se granjeó C:rilo grandes méritos en la lucha contra Nestorio, dando en ella pruebas de poseer un carácter recto y moderado. Nestorio, que desde el 428 e~a patriarca de Constantinopla, negaba la unión física de lss dos naturalezas en Cristo, admitiendo sólo la unión. moral, o sea la de la vo– luntad; y como consecuencia de este principio, no quería que se reconociese a María por madre de Dios en el verdadero y prop o sentido de la palabra, sino que decía ser fábula pagana la doctrina de un Dios envuelto en pañales y muriendo en la cruz. Cirilo combatió tan peregrinas ideas por primera vez en una carta pascual de-! 429, dirigiéndose despuÉ s, según la

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