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Al contrario de ios discursos, que en su mayor parte fue~ ron compuestos durante el período de actividad apostólica de Gregorlo en Constantinopla, las cartas y las poesías pertene~ cen a la época de su_retiro en Arianzo. Las 243 cartas son, en su mayor parte , de carácter privado, y algunas son meras es– quelas de ·recomendación; pero están cuidadosamente limadas, con gran vigor y gdlanura de estilo,y a veces aun con agude– za de ingenio. En cambio puede decirse que sus poesías son más bien prosa rimada en cuanto a su forma, lánguidas y de est-lo difuso; con ellas no consiguió arrojar de las escuelas cri&tianas las obras de los poetas paganos, que era lo que se proponía. Sus poesías son más de 500 y muy distintas entre sí, no sólo en el fondo, sino también en la forma; la más ex– tensa y sin . duda la mejor, « De vita sua», describe, en cerca de 2. 000 trímetros jámbicos, las vicisitudes de su vida, desde su nacimiento hasta su partida de Constantin(-)pla, y descubre su resentimier:to contra los Padres del segundo concilio ecu– mético. La- tragedia «Christus patiens », intercalada entre las po~sías de Gregario, pertenece a la Edad Media. *4. Ya se ·ha hecho notar más arriba (p. 145, n. 0 6), que Gregario Nacianceno fué el primero que designó la diversidad de las tres divinas personas con las expresiones no engendra– do, engendrado y p, ocedente; pero además, para expresar la compenetración recíproca de las tres divinas personas, cono– cida ya por los antiguos Padres, introdujo la expresión, muy corriente ahora de circuminsessio. § 36. San Gregorio de Nisa. 1. Gregorio, hermano menor de San Basilio, profes6 en un principio la retórica; pero después, siguiendo las exhorta– ciones y consejos de Gregario Nacianceno, se retiró a-Neoce– sarea para vivir en la soledad junto a rn madre y su hermana. Basil:o, en Cctlidad de metropolitano de Cesarea, le consagró obispo de la pequeña ciudad de Ni:,a, y como algunos le cen– surasen por ello, respondió que le parecía mejor que el her– mano diese honra al lugar, que no el lugar a su hermano. Gre– gario se trajo en Nisa el odh de los arrianos, quienes le per– siguieron tenazmente, viéndose precisado a andar errante le– jos de su diócesis por espacio de dos años. Después de la muerte del empcr~ctor Valente 1 reg_resó_a ella , y a~lstió a Jo:;¡

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