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emperador hizo en bien de la Iglesia , desde el año 3 t 2, pu~ blicando leyes favorables a ella, colmándola de privilegios y edificando suntuosos templos para el · culto c;ristiano. De la autenticidad de los dieciséis documentos que van interpola– dos en la « Vita», actualmente ya no se duda, aunque por mu– cho tiempo estuvo en tela de juicio. .Eusebio escribió además muchos CJmentarios a la Biblia, de escaso valor por cierto; porque en la exégesis, y espe, cialmente en las alegorías arbitrarias, sigue muy de cerca a Orígenes. De esto3 trabajos se ha conservado muy poco: po– seemos la mayor parte del Comentario a los Salmos; de cuya segunda mitad halló grandes fragmentos Mercati en 1898 en unas Cadenas de Milán. También se conservan en su mayor parte una armonía de los Evangelios ( «Evangelici canones ») la obra < De solemnitate paschali », y finalmente el Onomas– ticón, o sea un índice alfabético de los nombres de lugares del Antiguo Testament0 y de los Evangelios peri fQ.!! tonifun onomatom indicando su posición. Esta última obra nos ha llegado en griego, y muy reformada en una refundición latina de Jerónimo. 4 Los trabajos apolog!ticos de -Eusebio son muy -difusos, y dan a entender que poseía gran erudición en la literatura pagana. En los 15 libros que componen la « Praeparatio evan– gelica », después· de exponer la inadmisibilidaddel paganismo, le opone la historia y las instituciones del judaísmo para pro– bar que los cristianos han obrado bien al preferir su religión al politeísmo.-A esta obra van unidos 20 libros titulados «De– monstratio evangélica», de los cuales sólo se han conservado los diez primeros; en ellos se demuestra, con los judíos, que el Antiguo Testamento tenía un carácter puramente figurativo, y que las profecías se cumplieron en Cristo.-Los cinco libros de apologética popular « Sobre la teofanía », o sea sobre la aparicíón del Señor en carne humana, los poseemos íntegros en una traducción literal siriaca antigu;,, pero del texto griego no quedan más que fragmentos.-De su esc;ito «Sobre su la fiesta de Pascua»subsiste un fragmento bastante grande. En los tres libros «De ecclesiástica Theología»expone su cri– terio dogmático acerca de la doctrina sobre el Logos.