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• ' de varias tablas sincrónicas; en columnas yuxtapuestas están consignados los hechos más salientes de las historias hebrea y cristiana, griega, romana y oriental, desde Abraham (2.017 antes de Cristo) hasta el 325 después de Cristo. La Crónica no se ha conservado en el original griego más que en fragmentos, pero existe una traducción íntegra en la lengua armenia; po- - seemos además, en la refundición latina de San Jerónimo, la segunda parte continuada hasta el año 378; en esta última forma el libro dominó el campo de la cronología durante la Ed.§ld Media, y aun hoy se le tiene por fundamental. Eusebio pudo utilizar para su obra la «Cronografía• de Sexto Julio Africano (oriundo de Emmaús en Palestina, país en el cual vivió más tarde) que escribió el 221, obra que no ha llegado a nosotros; se componía de tablas sincrónicas empezando por la creación del mundo, que colocabaen el año 5.500 antes de Cristo. b) Más importante aún es la Historia eclesiástica, en diez libros, la cual comprende desde la fundación de la Igle– sia hasta Constantino I, o sea hasta la victoria que éste obtuvo sobre Licinio ( 32,4), y fué llevada a cabo poco después. No es una historia razonada, sino una colección de materiales, en la cual los hechos, los documentos anti– guos y los extractos están colocados uno después de otro en serie abigarrada, pero las más veces cronológica; una gran parte de los documentos los tomó el autor de los archi– vos imperiales. Con especial cariño se entrdlene e11 des– cribir las gloriosas hazañas de los mártires, y escribió además una obra peculiar •De martyribus Palestinae • (mártires de los años 303- 310), que generalmente va unida al libro octavo de la Historia eclesiástica. Aunque Eusebio estaba muy lejos de falsear a sabiendas la historia, se ha demostrado, sin em– bargo, que ciertos datos y juicios que emite en su Historia eclesiástica, son inaceptables. 3. Son de menor valor los escritos que compuso Euse– bia para honra y gloria del emperador Constantino. Tales son: •De I tudibus Constantini •, panegírico que se pronunció con ocasión del trigésimo anivrrsario de su elevación al trono (335); el discurso pascu2l •Ad sanctorum coetum , , que se su– pone haber pronunciado al emperador en una reunión de clé– rigos con ocasión de la fiesta Pascual, pero cuya autenticidad .es muy sospechosa: los cuatro libros •De vita Constantini •, en los cua'es se hall a profusamente consignado cuanto este