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" - 2 - á semejanza del senado romano (patres) que cuida~a del bie– nestar y de los asuntos del pueblo de Rómulo. - A partir del siglo V, se comenzó a dar el nombre de Padres a sólo los Obis– pos de los primeros tiempos de la ·Iglesia, en calidad de tes– tigos de la fe y de la tradición eclesiástica. En este sentido, por ejemplo, dice Vicente de Lerins: Recurrendum est ad sanc– torum patrum sentencias, eorum duntaxat, qui suis quisque temporibus et locis in unifate communionis et fidei permanen– ies, magistri probabiles extitissent 1. No obstante, San Agustín quería que San Jerónimo; por su mucha erudición y santidad , fuese considerado también como intérprete de la fe eclesiás~ tica, aunque no había sido obispo. En nuestros días, se distingue entre Padres de la Iglesia, Doctores de la Iglesia y Escritores eclesiáticos. Para el con– cepto de Padre de Iglesia se requieren tr s cualidades, a saber: antiquitas, doctrina orthcdoxa, sanctitas et approbatio Eccle– siae: para la categoría de Doctor de la Iglesia, no se requiere antigüedad, sino una sobresaliente erudición y la declaración expresa de la Iglesia: por Escritores eclesiásticos pueden tener– se todos los escritores teológicos de la antigüedad , aunque hayan sido hereje,s. Desde el siglo VIII se han considerado como los mayores doctores de Occidente, Ambrosio, Jeróni– mo, Agustín y Gregario Magno; los griegos, en sus libros li– túrgicos, no reconocen más que tres •grandes doctóres ecu– ménicos • , a saber: Basilio, Gregario Nacianceno y Juan Cri– sóstomo; pero en Occidente se incluyó también entre los gran– des doctores a San Atanasio. 4. La edad de los Paóres de la Iglesia, o la antigüedad cristiana, comprende aquella época de la Historia de la Igle– sia, en la cual vino a florecer, en el terreno de la civilización clásica, la vida y ciencia eclesiásticas. Para la Iglesia griega termina con la muerte de San Juan Damasceno (hacia el año 754); para los latinos con el Papa Gregario Magno (t 604) , o mejor con San Isidoro de Sevilla (t 636), y se divide en tres períodos, a saber: a) el de su fundación o sus comienzos (hasta el concilio de Nicea , 325); b) el de su florecimiento (hasta la muerte de León el Grande, 461); c) el de la decaden– cia de la literatura patrística (hasta el 754). 5. Sin duda alguna , las obras de los Padres de la Iglesia l Common ítori a 2:J .

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