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-49- blandura de carácter, se parecía a Cicerón, cuyas obras había leído atentamente, hasta el punto de que los humanistas de su tiempo le llamaron el Cicerón cristiano. Fué tan versado como el mismo San Jerónimo en la literatura profana greco-latina, pero se pareció .a su maestro Arnobio en el escaso conocimi– ento del dogma y de la literatura de la Iglesia cristiana: Utinam, dice Jerónimo (Ep. 58, 10), tan nostra a/filmare potuisset, quam facile aliena destruxit! Ya én el año 1465 apareció una edición de sus obras, el primer libro que se imprimió con fe– cha en Italia. 3.· Su obra principal son los siete libros de · fntitutiones divinae, que compuso antes de la muerte de Galerio (311). Dichos libros debieron ser una apología y al mismo tiempo un Manual de doctrina cristiana; es, pues, el ensayo más an– tiguo que se hizo en Occidente de una exposición general del cristianismo, la cual, a decir verdad, resultó muy deficien– te. Los dos primeros libros combaten las creencias populares del paganismo y establecen el monotdsmo; el tercero pone de manifiesto las contradicciones de la filosofía pagana. En el libro cuarto, el autor vuelve sus ojos al cristianismo; prueba, en primer lugar,· que Cristo fué el primero que trajo del cielo al mundo la verdadera sabiduría. En los libros quinto y sexto describe la perfección cristiana, la cual consiste en la sola . adoración verdadera de Dios; en estos dos libros se siente el calor de la inspiración. y forman la mejor parte de la obra. El séptimo libro trata de los novísimos. En ajgunos manuscritos de esta obra,se encuentran adiciones dualistas y panegíricas: las primeras contienen la doctrina de que Dios quiso y creó el mal; en las segundas se apostrofa al emperador Constanti– no; parecen ser de una misma mano y quizás del mismo Lac– tancio; de todos modos estaban escritas ya en el siglo IV. El propio Lactando compuso más tarde un Epítome de las Instituciones, el cual, a juzgar por las transposiciones y varian– tes que contiene, debe ser considerado, no como un simple extracto, sino como una obra aparte. 4. · Lactando escribió además las siguientes: «De opificio - Dei», compuesta antes que su obra maestra; en ella, para pro– bar que el hombre es ~obra de Dios», se describe la belleza y proporción de su organismo y la excelencia de la razón hll– mana, pero no hay reminiscencia alguna del cristianismo. ~ De ira Dei», de época posterior a las Instituciones y dedi-

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