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-39- cuaces, explicando la rápida propagación del cristianismo por la impresión que hacían en el ánimo de los ignorantes, las es– pantosas imágenes y representaciones del próximo juicio uni– versal y del fuego del infierno. Orígenes refuta el libro de Cel– so punto_QOr.2.!!11to: la argumentación es a veces algo débil, pero se impone por su tranquilidad y calma, por su modo de hablar decoroso y digno, y por la copia de er1:1dición que re- 5osa. Para Rróbar la verqad del cristianismo se apoya en las curaciones de los endemoniados y enfermos que todavía en aquel tiempo y sin cesar obraban los cristianos, y en la pure– za de costumbres de los fieles, los cuales resplandecen en h tierra cual las lámparas celestiales. 7. La obra dowátic2 más importante y al mismo tiempo la obra maestra cíe Orígenes, son los cuatro libros De princi– piis (Peri arjón), esto es, sobre las doctrinas fundamentales del cristianismo: éste es el Manual de dogmática más _antiguo que se conoce, y a la vez la obra-que manifiesta más las falsas doctrinas del maestro alejandrino y provocó más la contradic– ción. De tan precioso escrito no nos queda más que una tra– ducción libre de Rufino, expurgada en lo posible de errores. El primer libro trata de Dios y de los espíritus, el segundo del mundo y de la redención, el tercero de la libertad humana y el bien moral, y el cuarto de las Sagradas Escrituras y de su triple sentido (literal, moral y místico). También han llegado a nosotros dos hermosos escritos bre– ves de contenido edificante; uno titulado « De oratione , , que trata en la primera parte de la oración en general, y en la se– gunda del Padrenuestro; el otro, titulo «Exhortatio ad Mar– tyrium », está dedicado a dedicado a dos amigos de- Cesarea, uno de ellos el Ambrosio arriba citado, los cuales tuvieron mucho que sufrir en la persecución de Maximino el Tracio.– De sus muchas cartas no se conservan más que dos, una diri– gida a Gregorio Taumaturgo, y otra al laico Julio Africano de Libia; éste, en 221, había terminado una crónica universal en cinco libros (gronografiai) obra perdida, de la cual se_sirvió mucho Eusebio en su crónica), según la cual, la edad del mun– do es de 6.000 años, y Jesucristo encarnó unos 5.500 años proximamente después de la creación del mundo. 8. Orígenes quería s~istiano ortodoxo; pues a simple vista se ve que abomina tanto de los errores doctrinales, como de la corrupción de costumbres 1; pero con su predilección 1 Comment. ser. in Matth. c. 33 (De la Rue JI/, 852): Et malum qui-