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-33 - CAPITULO CUAtno LA LITERATURA CRISTIANA EN EL SIGLO lll, O EN LOS COMIENZOS DE LA CIENCIA TEOLÓGICA. A. LOS ALEJANDRINOS. por su gran bibfioteca; más tarde se amalgamaron los elemen– tos judaicos y griegos, porque los judíos, que formaban las dos quintas partes de la población, adoptaron la ciencia y educación griegas (véanse los libros de la Sabiduría y del Eclesiástico de la Biblia y los del judío Filón); por otra parte la filosofía griega se aproximaba, con el neoplatonismo, a las ideas del antiguo Testamento. La escuela catequística, que se fundó en Alejandría en el siglo II, fué establecida probable– mente para la instrucción de los catecúmenos; pero por el año de 180, habiéndose puesto al frente de ella el estoico Pante– no e Sicilia, fué ya una academía, en la cual tenían erttrada franca todos los miembros de-la comunidad, y en ella se es– tudiaban también las ciencias profanas como preparación pa– ra la teología Esta escuela alcanzó su más alto grado de es– plendorbajo dirección de Orígenes, saliendo de su seno hombres de la talla de Gregario Taumaturgo, Eusebio de Cesarea y Atanasio. _Orígénes, en los últimos años de su vida, fundó una escuela en Cesarea de Palestina, donde, gracias a los cuidados del presbítero Pámfilo , se formó la primera y más preciosa biblioteca cristiana. 2. Los .alejandrinos siguieron una tendencia alegórica en la interpreta_ción de la Sagrada Escritura, especialmente del Antiguo Testamento. Convencidos de que la exégesis literal o histórico-gramatical conducía a resultados imposibleso indig– nos de Dios, buscaron, en las sentencias y hechos bíblicos, un significado más profundo y misterioso, reduciendo de esta manera la Sagrada Escritura a un tejido de enigmas, y la exé– gesis a un puro juego. Esta tendencia exagerada produjo en su reacción una tendencia opuesta entre los sabios cristianos, cuyo centro fué más tarde la escuela exegética de Antioquía (véase el§ 41, n. 0 2). I

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