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- 29- por llegar al más alto grado _de conocimiento gnosis, abando– nó la revelación como base fundamental de toda compren– sión teológica, debilitó su contenido con interpretaciones ale– góricas, y mezcló lo poco sano que de ella quedaba, con filo – sofemas gentílicos y elementos religiosos ' orientales, forman– ·do así, con actividad temeraria y fantasmagórica, una serie de abigarrados sistemas de religión. La falsa gnosis se consagró especialmente _a solucionar las cuestiones acerca del origen del mundo y del mal y de la naturaleza de la redención; y las soluciones que dió a estos puntos, condujeron visiblemente al dualismo: dualismo entre Dios y el mundo, entre el espíritu y la materia, entre el Salvador Jesús y el eón celestial Cristo. El gnosticismo se desarrolló y propagó mucho en Oriente y Occidente, especialmente entre los eruditos; los gnósticos crearon la primera literatura cristiano-teológica, y fué su pro– ducción literaria en el siglo II más abundante ql\e la ortodo– xa, siendo ellos además los primeros que compusieron salmos e himnos. « En cuanto a los medios de cultura intelectual », dice Bardenhewer, «disponía de ellos la herejía en cantidad evidentemente mayor que la Iglesia de Jesucristo; para contra- 1-restar a los ejércitos de los gnósticos, la Iglesié\ no podía po– ner en pie de guerra más que un reducido número de comba– tientes. Sn victoria sobre el gnosticismo es una prueba de su divino origen, no menos convincente que el triunfo que al– canzó sobre el paganismo que era la religión del Estado. » 2. Hasta el año 1850, no se conocía de los escritos gnós– ticos otra cosa que !os fragmentos contenidos en las obras de refutación, escritas por los autüíes eclesiásticos, especialmen– te las de Ir.enea, Hipólito y Epifanio. Pero después se han co– nocido algunos textos gnósticos, conservados íntegramente en traducciones coptas, en manuscritos egipcios de los siglos V y VI; y en 1896, el incansable Carlos Schmidt llevó al Mu– seo Egipcio de Berlín un papiro copto de la misma época con muchos escritos gnósticos, que aun no han visto la luz públi– ca, y entre los cuales hay un «Evangelio según María, el cual sirvió de fuente histórica a San Ireneo. § 20. San Ireneo. 1. Ireneo era oriundo del Asia Menor, y en su 'juventud había sido uno de los oyentes más asiduos de San Policarpo. 3

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