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- 28 - diálogo toma el nombre de Marcos, desempeña el papel de árbitro o amigable componedor (c. 1-4). Cecilio da principio diciendo que los mayores sabios del m11ndo no lograron esta– blecer con certeza cosa alguna acerca de los dioses y de la vida futura, y que Sócrates, príncipe de los filósofos, había pronunciado la siguiente frase de desengaño: Quod supra nos, nihil ad nos; en vista de esta incertidumbre, lo mejor es ate– nerse al culto tradicional que ha elévado a Roma a la altura en que ahora se halla; que el Dios de los cristianos es un mero f.antasma; que los cristianos hacen prosélitos entre la la turba de hombres ignorantes y mujerzuelas crédulas, y que en sus juntas y reuniones se entregan a toda clase de desho– nestidades (c. 5-13). Toma después la palabra Octavio, y sigue paso a paso a su adversario, diciendo: El hombre está llamado al conocimiento de la verdad, y por lo mismo no puede mirarla con indiferencia; es verdad que a Dios no se le puede ver con los ojos del cuerpo, pero ya sabemos que éstos ni aun al sol pueden mirar de hito en hito; los dioses de los paganos fueron puros hombres, a quienes más tarde se tribu– taran honores divinos; Roma.no debe ciertamente a su reli– gión, sino a la rapiña y a la violencia y fuerza de las armas, la soberanía del mundo que actualmente posee; las acusacio– nes que se dirigen a los cristianos son calumnias inventadas y esparcidas por los demonios (c. 14-38). Cecilio se declara vencido, y termina el _autor diciendo: • Por fin nos retiramos de allí los tres, alegres y contentos: Cecilio porque de incré– dulo se había vuelto creyente, Octavio por- haber salido vic– torioso de la disputa, yo por ambas cosas, esto es, por haber ganado para la fe al primero, y por la victoria del segundo. » CAPITULO TERCERO LITERATURA GNÓSTICA Y ANTIGNÓSTICA DEL SIGLO 11. § 19. La literatura gnóstica. 1. La literatura apologética debió su origen a la lucha del cristianismo con el paganismo y judaísmo, pero en el sig– lo II la Iglesia tuvo que medir sus armas con otro enemigo no menos terrible, el gnosticismo. Esta secta, en su empeño
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