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' - 24 vista apologético, cuanto por los datos que contienen acerca de las creencias y el culto eclesiástico de su época y por la manera original con que por me,dio de su teoría del lagos spermaticos, puso un puente entre la antigua filosofía y el cris– tianismo. <•• § 15 Taciano el Asirio. 1. Taciano nació de padres paganos en Asiria, estudió filosofía y se dió a hacer largos viajes, en uno de los cuales llegó hasta Roma, donde se hizo cristiano y discípulo de Jus– tino. Probablemente regresó a Otiente en 172, y fundó allí la secta gnóstico-encratita, la cual prohibía el matrimonio, comer carne y beber vino, y en la sagrada Comunión substituía el vino con agua, por lo cual se llamó también a estos sectarios acuarios. 2. Obras completas de Taciano no tenemos más que la Oratio ad Orcecos, o sea una apología que parece que com– puso después de la muerte de Justino, seguramente antes de su caída, aunque no en Roma, para justificar su conversión al cristianismo; aunque pudiera haber sido muy bien un dis– curso de inauguración de alguna escuela, sin embargo, se ad– vierte que, desde el principio, estaba destinado a publicar– se. Para probar la verdad del cristianismo aduce el argumen– to de su elevada doctrina (c. 1-30) y su grande antigüedad (c. 31 - 41); Moisés vivio 400 años antes de la guerra de Tro– ya, y por lo mismo es más antiguo que los más antiguos es– critores griegos, los cuales se inspiraron en él. La obra, sin embargo, no es tanto una apología, como una burla y derislón de sus adversarios; al contrario de Justino, el autor descono– ce todos los puntos luminosos de la civilización griega, y es– cribe con excitación apasionada y amarga ironía. 3. A su regreso a Asiria escribió Taciano, probablemente en lengua siriaca, el Diaiessaron to día tessaron Evangelion esto es, una historia de Jesucristo sacada de los cuatro evan– gelios, combinados entre sí, o sea una concordancia de los mismos. Esta obra alcanzó grande significación e importancia en la iglesia siriaca, substituyendo casi por completo, por es– pacio de más de un siglo (hasta el 350), al texto de los evan– gelios canónicos; pero no han llegado a nosotros más ·que dos refundiciones, una en latín y otra en árabe, y · algunos frag– mentos en un comentario que San Efrén (t 373) había com– puesto sobre ella. ' . <t\ CVdf - 1-J'. '

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