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- 21 - 3. Las apologías cristianas del siglo II, a semejanza de las obras de los Padres apostólicos, fueron escritas en lengua grie- ga; a excepción del «Octavius •, escrito en latín. . · § 14. San Justino Mártir. 1. El más importante de los apologistas del siglo II es sin disputa el filósofo Justino. Descendía de una familia gre– co¡:-agana de f:lavia Neáp0lis (hoy Nablus), la antigua Síchem de Palestina. El mismo refiere (Dial. c. 2-8) cómo desde jo– ven, el hambre de la ciencia le llevó a las escuelas de los es– toicos, peripatéticos y pitagóricos, y cómo en ellas no halla– ba sino desengaños. Al fin , habiéndose dado al estudio de Platón, como un. día se pasease a la orilla del mar, probable– mente cerca de Efeso, un anciano le llamó la atención sobre los profetas judíos, y de esta manera abrazó el ✓cristianismo. Desde entonces dedicó su vida únicamente a la defensa de la religión; vestido con el pallium o manto de los filósofos grie– gos, recorrió varios países enseñando, y fundó por último una escuela en Roma. Allí tuvo por discípulo a Taciano, y encontró un encarnizado adversario en la persona de Cres– cencio, filósofo cínico, al cual .convenci@al fin de ignorante en una disputa pública. Acerca de su muerte tenemos un an– tiguo yfiel testimonioen el «Martirium S. Iustiniet sociorum»2; según · éste, fué decapitado por ser cristiano hacia el 165, siendo prefecto de la ciudad Junio Rústico, el cual gobernó desde el 163 al 167. 2. Justino fué el primer@ entre l0s cristianos que desple– gó una actividad literaria verdaderamente fecunda; pero de las ocho obras suyas que conoció Eusebio, sólo se han conser– vado tres en un mal manuscrito (Parisino n. 0 450), contenien– do dos de ellas una apología contra los paganos, y la tercera una apología contra los judíos. Impugnó también a los here– jes, especialmente a Marción, en otras obras, de las cuales no ha quedado el menor vestigio. Mejor suerte tuvo el libro «De resu,rrectione" , del ct1al se ha conservado un amplio fiagmen– to. A causa de la celebridad de su nombre, se le atri__buyeron falsamente más tarde una multitud de escritos, como la carta a Diognetes. Cuatro de estos tratados atribuídos falsamente 2 lm r,reso en las Actas de los Mártires y en Rauschen, Florilegium Patr. Ill (1905), p_. 97 y sgs i.
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