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- ½55 - y nueve capítulos y un prólogo, y en ellos prueba, sólo cort razones filosóficas, todo cuanto creemos acerca la existencia de Dios y su esencia, que es causa de todas las criaturas, de la simplicidad, eternidad e inmensidad de Dios, de las tres divinas personas, y últimamente de lo razonable que es tener fe, esperanza y caridad en orden a la divina esencia: "El Prosloginm' ': en este libro trata únicamente de presentar un argumento de la existencia de Dios ateniéndose sólo a la idea de un ser infinitamente perfecto. Este raciocinio contribuyó en alto grado a la gloria de Descartes, quien disimuló o igno– ró que, hacía cua-fro siglos, se hallaba en las obras de S. An– selmo. Es como sigue: "Dios es lo más perfecto que se pue– de pensar; lo mejor que se puede pensar no está en el ~olo entendimiento, pues en tal caso se podía pensar una cosa más perfecta, esto es, la que existe en la realida'd; luego lo más perfecto que se puede pensar existe en el entendimiento y en la realidad. Escribió otros dos opúsculos titulados el uno "Pro insi– piente" y el otro "Contra insipientem" ambos tienen por ob– jeto defender el argumento propuesto en el "Prologium". Entre las teológicas se cuentan el librQ «De la fe acerca de la Trinidad y la Encarnación del Verbo ». En él explica estos misterios y refuta a Roscelín. «El libro sobre la procesión del Espíritu Santo • contra la doctrina de los cismáticos griegos. « El Diálogo sobre la caída del Diablo » habla en 28 capítulos del pecado del común ene– migo, y de la naturaleza ·del mal. «El libro de la Concepción virginal y del pecado original». En él contesta al monje Bosón, que le había preguntado ¿cómo podía Dios encarnarse sin contraer el perndo? y rlice: que el pecado original es el mis– mo pecado de Adán , que se trasmite a sus descendientes por el medio ordinario de la generación; y como Jesucristo no fué concebido de este modo ordinario sino por otro sobrenatural y milagroso, de aquí que no lo contrajo ni pudo contraerlo . «Diálogo de la verdad ». Consta este libro de trece capítu– los, determina en qué consiste la verdad, y dice que es_la rec– titud de las cosas concebida por el entendimiento. «Diálogo del libre albedrío». Consta de doce capítulos, y en él se pro– pone Anselmo explicar la naturaleza de esta facultad; demues– tra ante todo, que el poder pecar no es esencial al libre albe– drío. «El tratado de la conformidad entre la presciencia y la predestinación y entre la gracia y libre albedrío ». Demuestra

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