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- 136 - bautizar con 10.000 de sus súbditos sajones, en la Pascua del año 597, y Agustín fué nombrado primer obispo de Can– torbery. Gregario reformó también la santa Misa, reduciendo espe– cialmente el Canon a la forma que hoy tiene y redactando un nuevo Misal, el Sacramentarium Oregorianum, el cual po– seemos nosotros sólamente en la forma ampliada, tal como fué enviado, a manera de regalo, por el papa Adriano a Cario– magno 170 años después, e introducido por éste en Francia. En un nuevo antifonario, fijó Gregario en general, por medio de los llamados neumas, la posición de los tonos, pero no los intervalos. Fundó además en Roma la schola pcntificia, es– cuela de cantores, creación muy importante, porque sirvió de modelo a otras escuelas semejantes que se abrieron en San– Gall y otros lugares de Francia. Comúnmente se tiene a Gre– gario como el fundador del canto litúrgico o coral, el cual tomó de él el nombre de gregoriano (cantus gregorianus). – En los últimos años, sus achaques le obligaron casi continua– mente a guardar cama. Murió el 12 de marzo del 604. 3. También la actividad literaria del gran pontífice se desarrolló en obras de fin práctico. En esto se parece a San Ambrosio, aunque no rayó tan alto como este Santo ni en el vigor del ingenio, ni en la cultura clásica. A pesar de haber permanecido siete años en Constantinopla, no aprendió la len– gua griega. Hay que tener en cuenta que Gregario vivió en una época de gran decadencia intelectual, en la cual se extin– guía toda centella de vida y de fuerza creatriz, y en el que era universal la creencia en el inminente fin del hombre (1); pero, como ningún otro, y mucho más a fondo que el mismo Am– brosio, conoció la debilidad y las necesidades del corazón humano, y les supo aplicar los remedios más eficaces, tanto del orden natural como del sobrenatural. Ningún Padre de la Iglesia fué tan leido y con tanto provecho, como él en la Edad Media. 4. Inmediatamente después de su elevación a la silla de San Ptdro, compuso Gregario el Liber regulce pastora/is, que fué objeto de universal aceptación y estima. Es un manual para la cura de almas, dedicado al obispo Juan de Ravena, el cual le había afeado su fuga después de haber sido elegido papa. Gregario se justifica de este hecho con el ejemplo de (1) Greg. M., Di ?!. Ill, 38; Hom, in evang. II, 28. I

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