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- - 114 - Teodoreto dejó un gran número de obras, entre las que descuellan las exegéticas, pues sus muchos comentarios se distinguen por la brevedad y claridad, y superan en agudeza científica a los del mismo Crisóstomo. Teodoreto resumió el material exegético que con su trabajo habían acumulado los Padres griegos. Aun se conservan s,us trabajos en forma de preguntas y respuestas sobre los lugares más difíciles de los libros históricos del Antiguo Testamento hasta la Crónica in– clusive; además sus comentarios a los Salmos, al Cantar de los Cantares, a todos los Profetas y a las Epístolas de San Pablo. De entre los demás escritos suyos yá se ha hecho men– ción de su •Historia eclesiástica», en cinco libros. En una "' Historia religiosa • narró también las vidas de los más célebres ascetas del Oriente, como la de Simeón Estili– ta. Compuso tambien una Historia de los herejes («Com– pendium haereticarum fabularum »), que abarca desde Simón Mago hasta Nestorio, en cinco libros, de los cuales el último es un compendio de las doctrinas religiosas y morales orto– doxas. Sus doce libros «Curación de las enfermedades paga– nas » son la última, y puede decirse muy bien, la más comple– ta de las muchas apologías cristianas que se escribieron; en ella van puestas, una en frente de otra, las respu estas paganas , y cris– tianas a las cuestiones fundamentales de la filosofía y de la{eo– logía. «El mendicante o el polimorfo es un diálogo entre un mendigo y un ortodoxo: el primero representa al monofisitis- 1110, que según Teodoreto mendigó, por decirlo así, sus prin– cipios doctrinales de las herejías que le precedieron. La obra •Refutación • de los anatematismos de Cirilo se ha conserva– do en la respuesta de este último; otra obra dogmática de Teodoreto «Sobre la Encarnación del Señor • nos ha llegado entre las obras de Cirilo. Funk atribuye también a Teodoreto pseudo-justinianas «Qu1estioncs et responsiones ad orthodo– sos • finalmente existe una gran colección de cartas de Teo– doreto, la cual tiene mucho valor desde el punto de vista his– tórico, y es fiel espejo del carácter sencillo y sin afectación alguna de aquel santo varón.