BCCCAP00000000000000000001369
El octavo libro constituye la parte de más valor de toda la obra. Trata, en primer lugar, de los carismas y trae formulari os para cada una de las consagraciones; entre las oraciones y ce– remonias de la consagración de los obispos, se halla intercala– do la liturgia íntegra de la misa, y es la más antigua y comple– ta que ha ll egado a nosotros. Vienen después las prescripcio– nes sobre los confesores, vírgenes, viudas y exorcistas sobre los prosélitos, días festivos y otras cosas. En el capítulo 47, que es el último, se hallan los 75 llamados Cánones Apostóli– cos, relativos c¡1si exclusivamente al clero, elección, consagra– ción y obligaciones del mismo; tienen la forma de cánones conciliares, y en su mayo r parte fueron tomados de las deci– siones de los concilios de Antioquía (341) y Laodicea (342- 381). Los 50 primeros Cánones Apostólicos fueron traducidos al latín por el mo nje romano Dionisia ti Exiguo (t por el 540), el mismo a quien debemos el actual cómputo cristiano; los insertó en su grand iosa colección de cáAones, y por eso fue– ron conocidos en Occidente (pero sólo estos 50). 4. Los ocho li bros de las «Cons tituciones Apostólicas • pcrt :necen todos, según las investigaciones. de Funk, a un solo autor, y aparecieron en Siria por el año 400. El mismo falsario fué el qu e redactó la compilación más exten~a, pero no autén– ti ca, de las epístolas de Ignacio; luego el Pseudo-Clemente es el mismo Pseudo-Ignacio. Funk ~ree que es un apolinarbta (1), mientras que Harnack y otros opinan que fué un semiarriano. Que el autor vivió hacia fines del siglo IV, se dedLLce del he– cho de que da a entender que la fiesta de Navidad se cele– bra el 25 de diciembre, y esta festividad _no se comenzó a ce– lebrar en ese dí a, en Antioquía hasta el año 376, ni en Jerusa– len antes del obispo Juvenal (t el 458) (2). Las Constituciones Apostóli cas no fueron conocidas en Occidente la Edad Media, y cuando se descub rieron en el siglo XVI, ya el cardenal Baro- c:=s::;z.e:.:c: (1 ) Jülic!1er en "Gótt, Gd. Anz.,, 1901, p. 191, refutJ la opinión de Funk . (2) Punk (Teol. Quartalsch rift, Tub. J1-82, p. 120 y sig.) da como nue– V d prueba de que dicha ob ra es de principios del siglo V, el hecho de que el autor Igua la el sábado con el domin_go respecto del ayunn, lo cual no hub'c– rn sucedido an tes de Casia no (l11~t. llf, 9) . Pero el no ayunar en dia de sába– do está mene! mado a men udo antes de <;:asiano; asf, por ej, por Atanasia para El Egipto (Eplst . fest. VI, 13), por Basi io para Cesarea (Hom.I de ie!u– nio n. 10), por Ambrosio pa Mi lán (De Elia et ieiunio 10, 3~). en la ·Pere– g rinatlo Sllv;ae. para Jerusalén (d Gamurrini, p. 1!-t-85) y por Crlsóstomo para Antioq ufa (O p · ra . ed. Montfaucon IV, 8-tb), Entonces se ayuaba en di a de sábado sólo en Roma, en las Galias y en Chipre.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz