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cos: se muestra benigrto con los pecadores, concediendo a todos el reingreso en la Iglesia mediante algunas semanas (de 2 a 7) de ayuno y la imposición de las manos. Además de los escritos canónicos utilizó la «Didache », el Evangelio de San Pedro, las Actas de San Pablo y el cuarto de los Libros Sibi– linos. Esta obra no es, como antiguamente se dijo con mucha frecuencia, una ampliación de la «Didache ». Se ha perdido el texto primitivo griego de la «Didascalia», pero se ha conservado íntegro en traducción siriaca y en par– te también en latín; además fué refundida más tarde para for– mar los seis primeros libros de las Constituciones Apostólicas. En 26 capítulos trae un reglamento eclesiástico, relativo prin– cipalmente al obispo, a la admmistración de los bienes ecle– siásticos, al estado de las viudas, al sacramento del bautismo, al culto divino y a la penitencia; en el capítulo 21 se impone el ayuno en los seis días que preceden a la fiesta de Pascua. 3. La colección más amplia de derecho canónico y al mis– mo tiempo litúrgica que nos ha legado la antigüedad, son los ocho libros titulados «Constituciones de los santos apóstoles • llamados comunmente Constituciones Apostólicas. La obra misma, hacia el final del libro sexto, indica que su autor fué Clemente de Roma, el cual, según leemos allí, la envió por encargo de los apóstoles a los obispos y demás sacerdotes. Los seis primeros libros no oon sino un retoque de la «Didas– calia» (1) con sólo algunas variaciones y ampliaciones que el progre:io c;:lel tiempo hizo necesarias; así, por ej., se recomien– da el bautismo de los infantes, se declara nulo el bautismo ad– ministrado por los herejes o impíos, y se prescribe· el ayuno en los cuarenta días ·que preceden a la Pascua. El séptimo li– bro es su primera mitad una ampliación de la «Didache», y en la segunda contiene varias fórmulas de oración y estatutos sobre la instrucción de los catecúmenos y el bautismo. Es muy interesante la manera cómo el refundidor alteró aquí el texto de la «Didache», pues borró la observación que se hace de que,a falta de agua abundante, se pu·ecte bautizar porinfusión, pero añadiendo una unción con óleo sagrado antes del acto . del bautismo y otra con crisma después. Entre las fórmulas de oración hay una oración matinal, que coincide casi total– mente con el Gloria de la misa romana; luego este último pro– cede del Oriente. (!) Así lo dice Oreflmann (Gótt. Gel. Anzeingen 1904, p. .681 - 702).

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