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~ 106 _, a los hombres. súbditos de Dios, y la ciudad terrerta (civitas terrena). que tuvo su principio en la caída de los ángeles. Se pinta a grandes rasgos !alucha entre ambas ciudades o reinos, que forma el decurso de la historia del mundo, por lo cual esta parte viene a ser como una grandiosa filosofía de la his– toria. Va interpolada una larga serie de digresiones arqueoló– gicas y citas paganas, sacadas principalmente de la obra ex– traviada •Antiquitates rerum humanarum et divinarum •, de Varrón, causa por la cual esta obra es también una buena fuente para los filólogos. - Ellibro •De vera religione • comba– te el maniqueísmo, y prueba que la verdad es patrimonio ex– clusivo de la Iglesia católica, no de los filósofos, ni de los he– rejes. 7. Sus obras dogmáticas son: a) «Enchiridion . sive de fi– de, spe et caritate. • Esta obra, dirigida a un seglar romano llamado Laurencio, es el único tratado sistemático de doctri– na eclesiástica que nos ha legado Agustín. Se divide en tres partes: la primera trata de la fe, y expone el símbolo de los apóstoles; la segunda trata de la esperanza y de la oración do– minical; la tercera de la caridad y de los mandamientos. b) La principal obra dogmática de Agustín son los 15 libros •De Tripitate , , los cuales son como el remate de las investi– gaciones de los Santos Padres acerca de la Trinidad, espe– cialmente las de Atanasio y los Capadocios. Los siete prime– ros explican los pasajes bíblicos relativos al misterio de la Trinidad; los ocho últimos se proponen hacer inteligible el mismo misterio de una manera científica, valiéndose especial– mente de las analogías tomadas de espíritu humano. Esta obra es de difícil comprensión. Entre el gran número de obras de fondo do mático-polémi– co que escribió Agustín. unas están dirigidas contra los mani– queos, otras contra los donatistas, otras finalmente contra los pelagianos. a) Los escritos contra los maniqu:os demuestran principalmente que no hay contradicción alguna entre el An-. tiguo y nuevo Testamento, y que el mal no es substancia. De esta clase son los libros •De moribus Ecclesiae catholicae et de moribus maniquaeorum•, y los 33 «Contra Faustum mani– chaeum •. b) Los escritos contra los donatistas se refieren a los dogmas sobre la Iglesia y a la virtud de los sacramentos, y al mismo tiempo nos instruyen acerca de las diferentes fases de las Iu.:has donatistas de aquellos tiempos. A éstos perte– necen los siete libros •De baptismo •, que hacen de Agustín

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