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- 101 - actividad literaria, esto es, casi por espacio de _medio siglo, Son interesantes tanto por su fondo como por su forma, pues desde un principio fueron destinadas a publicarse. En ellas se revelan las grandes dotes del escritor, su facilidad de estilo, la exuberancia de su fantasía y su ardiente celo; muchas son verdaderos tratados, otras n~crologías de varias personas c~i– nocidas o introducciones a la vida perfecta, como la Ep. 22 a la virgen Eustoquio, que trata de los deberes de las vírgenes, y la 52 al presbítero Nepociano, al cual da Jerónimo una guía para la vida sacerdotal (1). § --15. San Agustío.-Su vida y stts escritos. 1. San Agustín expone de una manera inimitable, en los nueve primeros libros de sus « Confesiones » (2), el progresi– vo desarrollo moral e intelectual de su espíritu hasta la muer– te de su madre; de las vicisitudes de su vida posterior da cuenta la •Vita », escrita inmediatamente después de la muer– te del Santo por su gran amigo el obispo Posidio de Calarna. Agustín nació el año 354 en la ciudad de Tagaste (Numi– dia). Su padre, llamado Patricio, era pagano y medianamente acomodado en bienes de fortuna; su madre Mónica era una matrona distinguida y ferviente cristiana; cuando otras muje– res le mostraban las huellas de los golpes que recibían de sus maridos, respomlía Mónica que la culpa habían de atribuirla 5ólamente a la ligefeza de sus lenguas. Poco antes de su muerte, tuvo la dicha de presenciar la conversión de su espo– so. Su hijo, en quien tantos talentos resplandecían, cayó, sien– do niño, en una grave enfermedad; la madre quiso b_autizarle, pero cambió de parecer cuando vió que el enfermo comenza– ba a meJorar, con la idea de que «más adelante recibiría este sacramento con mayor fruto ». Después estudió Agustín la re– tórica en las escuelas supenores de Mádura y Cartago; en es– ta últfma ciudad se dejó llevar de las pasiones voluptuosas, y tuvo de una concubina un hijo, a quien llamó Adeodato. En aquel tiempo, según atestigua él mismo, despreciaba la religión de su madre, considerándola como una «superstición y cuen- (1) Mgr. Lagrange publicó en francés una recapitulación de ellas, Pa– rls 1891. (2) De las •Conksiones• se han hecho muchas ediciones en diversas len~uas,

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