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-99- y de Judit_h~ con tanta velocidad que en el. primero empleó sólo un - día, y en el seguñ do sólo una noche. De los libros deutero~canónicos restantes no se ocupó , y por lo mismo los poseemos en nuestra Vulgata según el texto de la antigua !ta– la. Las traducciones de Jerónimo son, en general, fieles y es– meradas , aunque no servilmente literales; las mejores son las que hizo de los libros histórico~ hebreos. La versión de Jeró– nimo no estuvo en pleno uso en la Iglesia hasta el siglo Vil, y no se la dió el nombre de Vulgata hasta el siglo XII (1). 6. San Jerónimo escribió también un gran número de co– mentarios a la Biblia, que, en erudición y conocimiento de la primitiva literatura exegética, superan a los comentarios de todos los demás Padres latinos, pero fueron escritos con so– brada rapidez. y por eso son incompletos en la forma , defec– tuosos en el fondo, y en parte una mera .compilación de obras exegéticas anteriores. Jerónimo tradujo también al latín los comentarios de Orí– genes; primero, en Constantinopla, las 14 Homilías sobre Jere– mías y las 14 sobre Ezeqviel; más tarde, en Belén , las 39 Ho– milías sobre San Lucas. También compuso homilías sobre todos los profetas (de Jeremías sólo sobre la mitad), sobre · Mateo y muchas de las epístolas de San Pablo. Es de gran valor el breve tratado: «De situ et nominibus locorum Hebrai– corum », una topografía bíblica, en la cual utiliza un tratado parecido de Eusebio, pero corrigiéndolo y aumentándolo se– gún sus propias observaciones. _ Entre los escritos de Je ónimo se halla un comentario a 13 epístolas de San Pablo (Mígne, Patr. lat. XXX, 645 al 902), pero hace ya algunos siglos se sospechaba que pertenecía al hereje Pelagio, y que fué expurgado después a fin de que sir– viese a la ortodoxia. Lo cierto es que Agustín y Marius Mer– cator cuentan .que Pelagio había escrito bre·vissimae exposi– tiones a las epístolas de San Pablo. La sospecha se convirtió en absoluta, certeza gracias a los trabajos de Zimmer (2). (1) En tiempo de San Jerónimo, y aun much o después se ddba el nQm– bre de "Vulgata. a lós LXX. A p,;rtir del siglo XII se 11:Jmó • Vulgata editi0,, a la versión de Jerónimo; pero en el sig 1 o XVI se empezó a llamar •Vulga. ta. a la versión latina de toda la Sag ·acta Escritura, tal CO'l"O se imprime ac– tualmente, la cual só 'o en parte pr,;cede de San Jaónimo. Véase a O Rott– manner, Zllí Geschichte der Vulgata, en "Hist.-polit. Blatter. lb94, II, 31-38. (2) Pe!Dgius in Irland, Berlín 1901; véase a Jüficher en Gott. Gel. Anz , ~902, p, 274 y sgs.
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