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También nos habla del lugar: - ¿Quién eres, oh tú, aldeana, que rústicamente bella, entre nosotros pretendes señalarte? - La Zarzuela. Humilde, pobre alquería, tan despoblada y desierta, que no hay para mí día tan claro, si El Pardo no me lo presta. En "Púrpura de la rosa", representada en el Coliseo del Buen Retiro, el año 1659, nos dice así: Ya sabéis que esa humilde, esa pequeña (bien que real), pobre alquería es la olvidada, la sola fábrica de La Zarzuela. Ya en el siglo xvnr desaparecieron su teatro y ex– quisitas pinturas. Será Carlos IV quien lo reconstruirá según gustos de la época. Fernando VII decoró de nuevo sus habitaciones;. Visitado a primeros de siglo, hubimos de subir la escalinata hasta el vestíbulo, desde donde nos acer– camos al Oratorio. Y siguiendo por sus empapeladas habitaciones, llegamos al salón de reuniones, cuyos muros cubrió Amadeo I con papel pintado, que repre- 29