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huellas pretenden seguir, la que toma decisiones para ponerlas directa– mente en práctica. Es la comunidad la que también se reúne para rectificar. De este itinerario tenemos pruebas suficientes en nuestra Regla no bulada 92 • La aparición de ese animador especial y primero surge, cuando un hermano o hermana de la comunidad, a veces sin proponérselo, se convierte en signo visible de los ideales comunes. Los demás ven en lo que dice y en lo que hace el alma de la comunidad, van otorgándole la autoridad que aglutina al grupo, incluso en momentos en que tiene que frenar entusiasmos de conversos que devienen en fanatismos, o hacer un viraje violento para conectar con la jerarquía, para que la comunidad no derive en secta. Es el animador primero del grupo, que generaciones posteriores llamarán fundador y que será referencia obligada de toda animación. Es importante saber que este primer animador actúa dentro de la comunidad a la que anima y de la que se deja animar, frenar y corregir en sus despistes y exageraciones. Todo ello en la sana libertad de los hijos de Dios desde la que se puede optar, porque las imposiciones producen la reacción de la desbandada. Detrás del fundador suele haber una gran mujer; detrás de la funda– dora suele haber un gran hombre 93 , cuya misión, a veces sin saberlo, es la de ayudar al discernimiento del futuro de la fundación y la de apoyar y acompañar al fundador o fundadora en su calvario personal. Podemos afirmar que se dan casos en que no existe cordialidad entre ellos, e incluso viven tensiones o su antipatía mutua con exquisita caridad 94 • 9 ' FLClOD, D., Francesco d 'Assisi e il movimentofrancescano, Ed. Messaggero. Padova, 1991. 91 Ejemplos clásicos: Pacornio/María; Basilio/Macrina: Benito/ Escolástica; Francis– co/Clara; Juan de la Cruz/Teresa; Francisco de Sales/Frerniot de Chantal; Vicente de PauULuisa de Marillac; Pedro Nolasco/María de Cervelló. etc. 94 La admiración mutua entre Teresa y su "senequita" no está exenta de distancias y puyazos; Vicente y Luisa de Marillac viven con respeto y amor fraterno el calvario de una antipatía, que no pueden dominar. 85
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