BCCCAP00000000000000000001366

muy vagos de poner en práctica el Evangelio, ideales que tratan de discernir en el transcurso de un tiempo fuerte y largo de oración y de experiencias místicas, recordemos a Francisco en su período de conver– sión y a Ignacio en Manresa. Cuando los plasman en una forma de vivir audaz, se les van agregando seguidores, que ven reflejadas en ellos sus propias inquietudes y búsquedas. El grupo inicial sigue buscando en común, en un entorno generalmen– te hostil, ya que su vivir suscita sospecha. En estos primeros pasos hay fugas de componentes del grupo; pero son más los que entran. Entre ellos se produce una confrontación lógica, ya que cada uno tiene su propia historia, con distinta visión de lo que se va fraguando como ideal común. Se cohesionan alrededor de una actividad: oración y trabajo, cuidado de leprosos, atención de hospitales, predicación, etc. Y tienen algo claro: su pertenencia a la Iglesia. En estos primeros años de andadura, que incluye la zozobra y el difícil discernimiento del futuro, el grupo se va construyendo como comunidad, además de compartiendo la escucha de la Palabra y la plegaria, aportando una virtud muy necesaria para la vida común que es la transparencia: todo se habla y todo se discute, aunque de ello nazcan antagonismos; pero del conflicto asumido y no camuflado en frases como "en realidad se está diciendo lo mismo con distintas palabras...", nace la confianza mutua y el saber que todos participan en la marcha, aunque se discrepe. La experiencia es que la caridad todo lo supera y caridad es aceptar a todos. Hay una coincidencia en los comienzos de las distintas experiencias de vida religiosa: No quieren leyes, porque les basta el Evangelio. Son reacios a las estructuras de poder, porque todos son hermanos y nadie debe ser llamado superior. Y los grupos que han sobrevivido histórica– mente ha sido por enraizarse los miembros fundacionales en tres fuertes realidades: la convivencia auténtica, el encuentro en la vida y no en una actividad, lo cual viene a ser secundario, y el compartir la experiencia de fe. Es la comunidad reunida la que se anima en el Espíritu de Jesús, cuyas 84

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz