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Nuevo Testamento, al estar vivificada por el Espíritu, deberá descubrirse frágil y pecadora, misterio de pobreza; pero al mismo tiempo como misterio de comunióncon su origen y destino en la Trinidad y con la tarea diaria de edificarse, de ser una nueva creatura tal y como el Espíritu vaya orientando. Animación. Animador. Estamos en condiciones de admitir que animar una comunidad es el arte que alguien tiene para discernir, en el Espíritu del Señor, la situación de una comunidad y de crear y desarrollar los medios (o usar los ya creados) para estimular a los hermanos que la forman a vivir fraternal– mente, como discípulos de Cristo, dentro de la Iglesia, según los signos de los tiempos y en el sentido que le da un carisma determinado. El animador, dentro de la comunidad, debe crecer con los hermanos y hacerlos crecer espiritualmente en comunión fraterna, pues si Dios salva comunitariamente, el crecimiento tiene que ver con el hacer comunidad; y si desgraciadamente comprobamos que el inmaduro suele ser un inadaptado social, por la misma regla sabemos que el inmaduro espiritual suele ser un quiste comunitario. En sintonía con el Espíritu del Señor deberá aportar un discernimiento de la situación de la comunidad en relación con su carisma en la Iglesia y en relación con la marcha de la historia. Este discernimiento deberá proporcionarle la suficiente perspectiva como para saber qué estímulos necesita su grupo para vivir según la voluntad de Dios. Comunidad Hablando de animación espiritual, hay que hablar de comunidad y no de cualquier clase de grupo humano. Aunque en situaciones bajo mínimos pueda darse dentro de la vida religiosa, ésta teológicamente hablando no debe ser un mero "grupo social", como si fuera un "aparcamiento" de personas, yuxtapuestas entre sí y con un nivel de comunicación que vamos a llamar funcional, porque trata de sacar adelante un proyecto de cualquier tipo: social, benéfico, pastoral, con la etiqueta de comunidad religiosa. 81