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de frailes ideales y comunidades perfectas, que no existen. Por ello sería bueno recordar algunos datos tomados del campo de la antropología teológica. De la comunidad religiosa, en cuanto grupo humano, tiene mucho que decir la Psicosociología. Nosotros nos centraremos en una visión eclesiológica de la comunidad. l. Animación espiritual, desde perspectiva pneumatológica. Al igual que en Cristología, existe una Pneumatología "desde arriba" y otra "desde abajo". La primera contempla casi exclusivamente al Espíritu como don entregado al hombre. La segunda detecta su presencia por los efectos que produce. Unos ejemplos para entendernos. El Espíritu como don desde "arriba" es la "Lux beatissima" 86 ; desde "abajo" sería la luz que nos hace ver. En la primera visión, es el don que se le da al profeta; en la segunda, el profeta hablando; hay, en la primera, una cierta concepción del profeta como simple correa de transmisión del mensaje, frente a la otra concepción en la que el profeta aporta su personalidad, su creatividad y su pasión a su ministerio. Si en la visión pasiva podemos comparar el don del Espíritu con la electricidad, en la concepción dinámica sería el cable incandescente que transmite la corriente. El Espíritu, como la fuerza de Dios, cuando se entrega al hombre no es para que lo contenga sino para permitirle hacer cosas, las cosas de Dios. Dios nos da su Espíritu, la pura subjetividad, no para comprenderlo sino para vivir. Es el corazón de Dios latiendo en el pulso humano, su potencia en nuestra debilidad, su creatividad en nuestras manos de criatura. "El término espíritu no es tanto una perfección existente en Dios 86 "O lux beatissima/ reple cordis intima/ tuorum fidelium ", de la secuencia de la Liturgia de Pentecostés. 78

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