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relaciones profundas y sanas entre todos sus miembros. En el n. 84,2 se nos dice que a pesar de la diversidad de criterios, son necesarias la comprensión mediante el diálogo, la tolerancia, la colabo– ración y la proximidad. En base de este esquema, el superior local intentará armonizarlo todo para bien de la misma Fraternidad. En el n. 84,6: ya que todos somos hermanos sin distinción (cf. n. 84,3) ayudémonos mutuamente en toda clase de servicios. En el n. 86,1 además de promover la vida fraterna, el hermano guardián, con suma caridad, debe tener una particular atención de los hermanos enfermos; el superior local es el primer responsable del hermano enfermo, sin dejar de animarlo espiritualmente 58 • La tarea del hermano guardián dentro de la Fraternidad es básica: tiene que fomentar el amor mutuo, las buenas relaciones entre los hermanos, la familiaridad, la distensión, el romper hielos, la cercanía... Es el que coordina la realización del Proyecto de la Fraternidad y del Plan de Pastoral, organiza con los hermanos la vida y las labores domésticas, cuida con amor de madre a los débiles y enfermos. Debe procurar que todos los hermanos se acepten, se respeten y, si es posible, se amen. Por lo tanto, la figura del superior local no es una reliquia, una figura decorativa o un fósil, o la de un dictador que impone sus leyes, o un elemento pasivo sin ninguna incidencia entre los hermanos. La tarea del guardián es la de procurar construir una Fraternidad hermana donde Cristo esté en el centro. Véase, por ejemplo, los cánones 618-619 en los que, inspirándose en el n. 4 de Perfectae charitatis, describe bellamente la función del superior 59 • 58 Cf. n. 86,6. 59 ARA, S. El patrimonio espiritual de los capuchinos. Comentario a los capítulos V, VI, XI, IV y X de las Constituciones de los Capuchinos, Col. OPI nº 27, Pamplona, 1996, 42-48; véase también CONVEC (CONFERENCIA DE SUPERIORES MAYORES CAPU– CHINOS DE VENEZUELA, EcuADOR Y COLOMBIA), Guía de estudios de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos, Burlada 1993, pág. 33-35. 52