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En este modelo, la relación entre ciudadanos y gobierno es una relación dinámica, de responsabilidad y de información. Sin embargo, nuestra experiencia democrática existe dentro de una cultura patriarcal donde la experiencia de autoridad y de obediencia que prevalece es la de dominio por parte de una élite bien dotada sobre una porción débil y limitada que obedece. b) El poder religioso El carisma y la misión de Jesús constituyen la fuente y el significado último del poder religioso y de la autoridad. Pero este poder ha sido influenciado o contaminado por las fuerzas culturales y sociales que requieren dos tipos de obediencia definidos en dos modos concretos: el poder familiar y el poder civil. Sin lugar a dudas, muchas de nuestras actitudes relacionadas con el poder y la autoridad son reflejo de lo que hemos vivido en el seno de la familia y de la sociedad. Pero, para Schinelli, la autoridad es dada a un miembro de un grupo concreto -en nuestro caso de una fraternidad- para una función al servicio de ella, para conseguir un bien mayor. O sea que la autoridad es un poder autorizado por la colectividad y debe tener un papel definido en función del grupo, esto es, que una persona a la que se le ha dado autoridad para ayudar al grupo, trabaje con él para el bien común. La autoridad es dada a una persona por el grupo que define: - quién mantiene la responsabilidad final del grupo - qué directrices marca la fuerza de la ley - qué uso legítimo del poder tiene esta persona 48 • La obediencia sería nuestra respuesta a nuestros propios juicios colectivos y decisiones acerca del poder y de la autoridad. 48 Ibid., 473-474. 45 -----~----

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