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El seguimiento de Jesús no es ninguna carrera cuyo premio se nos dé sólo al final. Acompañar a Jesús en su camino es sentirse acompañados por El, con lo que esto supone de confianza en el tramo que cada día vamos haciendo. Hacer proyectos para mejorar nuestra vida de fraternidad no debe convertirse en una huida hacia ninguna parte, sino en un gesto de confianza en que nuestra realidad cotidiana vale la pena y tiene futuro; por eso, hay que prepararlo. De este modo el proyecto es un abrir horizontes de forma cabal, para que la Fraternidad crezca en el sentido del Evangelio. 4. Los Proyectos de vida Otro medio del que disponen los guardianes para animar la Fraterni– dad es el Proyecto Comunitario. Aunque se esté utilizando desde hace pocos años, la verdad es que responde a la necesidad de concretar aquella parcela del carisma que requiere una mayor atención por parte de los hermanos. Normalmente surge de los Capítulos Provinciales, en los que se decide la perspectiva de futuro para el trienio, por lo que, posterior– mente, necesita adaptarse a las necesidades de la Fraternidad local. El Proyecto Comunitario puede ser una ayuda para la animación, si se hace bien; de lo contrario, se convierte en un trámite burocrático a rellenar todos los años. En esto de los Proyectos hay que ser también realistas. No es lo mismo una Fraternidad de 30 hermanos que otra de 5; como tampoco una de hermanos ya mayores que la de los estudiantes. Por lo tanto, habrá que actuar según las posihilicfades y tratar de ser eficaces. Ello comporta que algunas veces tengamos que renunciar, por desproporcionado, al Proyec– to Comunitario, para limitarnos a unas simples "Orientaciones para la marcha de la Fraternidad". En esto, como en todo lo demás, lo importante no es cumplir el expediente, sino dotarnos de unos medios, que nos sirvan para caminar de forma organizada con los restantes hermanos de la provincia. 33

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