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carencias de la gente y adaptando nuestras estructuras y esque– mas al modo de los pobres - valoración del trabajo y actividades de los hermanos ancianos * Urgencia para estar entre los más necesitados. * El control de balances presupuestarios y control de los gastos. La conclusión que se puede sacar es que "leyendo las proposiciones, se ha dado respuesta a nuestra demanda. Ahora es el turno del hno. Joan Botam, quien explica que el CPO tiene tres momentos: 1. Nacimiento 2. Conclusión 3. Conocimiento. Ha llegado el tercer momento, el del conocimiento del CPO. A su modo de ver, este CPO marca un hito en la historia de la Orden junto con el Capítulo General de 1966. Ha sido para la Orden un don de Dios, un acontecimiento del Espíritu. Uno se da cuenta de que nuestra Orden es universal. Hay que evaluar el CPO desde las proposiciones, pero sería "injusto" sacarlas de su contexto. Y, sin embargo, las proposiciones no son la expresión viva de lo que ahí se vivió y compartió. Tanto el inicio como la conclusión se centran en la actuación del Ministro General, quien, a partir del texto paulino de 1 Cor 13, considera que el objetivo principal del CPO no es la pobreza, sino la fraternidad. No se trata de la pobreza de los espirituales del s. XIII y XIV, sino de la que se desprende de la conciencia de fraternidad. Así pues, este CPO ha entrado en unas coordenadas eclesiales y sociales muy al día. Asumir la pluriformidad de la Orden nos abre a vivir la pobreza. Ahora, en este CPO, hemos reconocido que no somos sociológicamente pobres, ni podemos serlo, pues al pertenecer a una fraternidad nos movemos dentro de una seguridad que el pobre no tiene. A continuación detalla algunas impresiones sobre el desarrollo del CPO. 176

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