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modelos socioculturales que se caracterizan por su relación de solidari– dad y horizontalidad. Francisco disponía, al menos, de estas dos formas eclesiales para encarnar su voluntad de vivir el Evangelio. La decantación por un tipo de Fraternidad que concentraba las nuevas aspiraciones, tanto sociales como religiosas de la sociedad que estaba naciendo, supuso la aparición del grupo franciscano como la encarnación del ideal evangélico en unas estructuras significantes y provocadoras que trataban de desencadenar la conversión al Reino desde la perspectiva penitencial. Las Reglas son el intento de describir, para poder tener presente y recordar, la Vida del Evangelio por la que había optado la Fraternidad. En ellas aparece, en líneas generales, el comportamiento de los hermanos que habían decidido entrar en ella. Un comportamiento que podemos agrupar en seis puntos: * Seguir la voluntad del Señor y agradarle 8 El encuentro con Dios, fundamento y meta de toda realización humana, es el que autentifica y define la Fraternidad como esa humani– dad nueva, reunida en torno a Jesús, que conoce por experiencia al Padre y, en consecuencia, vive de forma coherente su relación fraterna con todos los hombres. Por eso la Fraternidad es, ante todo, una comunidad orante que sabe de la presencia de Dios y trata por todos los medios de responderle de forma existencial, acogiendo esa Presencia y haciéndola fructificar en obras y en palabras. Esta cualidad orante de la Fraternidad no descarga de forma irresponsable a los hermanos de su encuentro personal con el Misterio, con Dios. La Fraternidad es orante porque, al mismo tiempo, los hermanos viven y se entienden desde la oración, sintiéndose "toca– dos" por el Espíritu para poner en común la decisión de buscar el rostro de Dios. 8 1 Regla 22,9 13

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