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riormente no facilitan dicha continuidad: cuando se ha tenido que abandonar un lugar y, sobre todo, en tan largo período de tiempo como es el lapso 1835-1877, se hace difícil regresar, encontrar el lugar adecuado y, en nuestro caso, la aceptación del entorno que nos facilite recuperar el lugar anterior o alguno próximo, porque tenemos que contar con la buena voluntad de la gente -a menudo con su generosidad desinteresada- y con la benevolencia de los eclesiásticos, que está sujeta, a sus propias programaciones organizativas y, también, a preferencias personales. En cada provincia existe una historia concreta de los intentos de regreso a los antiguos lugares, que fueron frustrados, porque el convento había pasado a manos particulares, porque había sido destruido y su emplazamiento ocupado por la nueva expansión urbanística, etc. Así, por ejemplo, nuestros conventos de Sarria, Valls y Vic estaban ocupados por asilos a cargo de una congregación femenina, Granollers, Igualada y Tremp eran hospitales, el de santa Madrona en las Ramblas de Barcelona convertido en viviendas y en la Plaza Real, y el de Solsona se convirtió en colegio de los claretianos. ¿Qué mantuvo el aprecio hacia los Capuchinos? Dicen los entendidos que su forma de vida sencilla, la acogida que dispensaban a los que a ellos se acercaban, la popularidad de su predicación y su entrega y espíritu de sacrificio en los momentos de grandes catástrofes ciudadanas como las epidemias de peste. De la época de restauración señalamos los Seminarios Seráficos (6), porque fueron, en algunas ocasiones, el pretexto para soslayar las leyes de supresión y también porque configuraron una forma de vida de la fraternidad bastante diferente del esquema de las demás. Actualmente la mayoría han sido suprimidos como tales Seminarios, restando sólo El Pardo, en la provincia de Castilla, y Gondomar en la de Portugal. 2.1.2. Tarea pastoral actual Actualmente la tarea pastoral de nuestros conventos se ha diversificado mucho, aunque manteniendo una clara tendencia hacia las actividades pastorales. 119