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-----~-------------~ fuerzas, pretendiendo arriesgarse más allá de lo que son sus propias posibilidades. Es muy importante para las comunidades, como para los individuos, la aceptación de sus condiciones y limitaciones reales.No se puede partir de los ideales, sino de las realidades. Los ideales tendrán una función de utopía eficaz; pero nunca deben hacer perder la conciencia de cuál es la situación real desde la que se parte. Si no es así, los ideales comunitarios dejan de ser utopías eficaces, para convertirse sin más en puras ilusiones engañosas. Cada grupo está construido por un conjunto de elementos humanos que ofrecen una serie de posibilidades (para el encuentro, la iniciativa, la cohesión, la acción, el espíritu festivo ...) y también por toda una serie de limitaciones en los mismos órdenes (están los pasivos, agresivos, individualistas, aburridos, dependientes...). Estas limitaciones en unos casos vendrán a ser superables y en otros no. Es labor de cada grupo discernir cuáles son unas y otras y, por tanto, en cuáles debe situar su empeño y a cuáles debe dolorosamente renunciar. Todo esto supone que la madurez del grupo debe incluir como un elemento importante de su propio desarrollo y maduración el saber asumir la imposibilidad de realizar determinados ideales, sin que esto signifique una renuncia total a seguir caminando y buscando. Como en un proceso de maduración personal, es muy importante evitar la dialéctica (que tan fácilmente arraiga en los grupos también) del «todo o nada». Porque no contar con las propias limitaciones, nos pone en peligro de no sacar partido a las propias posibilidades. La fantasía de la fusión constituye una de las mayores trampas. En definitiva, se le pide al grupo que nos libere de nuestra condición de seres separados. La comunidad se desfigura queriéndola convertir en un ideal de felicidad, de satisfacción, que vendría a colmar las carencias y huecos personales. Entonces a la comunidad se le pide lo que no puede dar: afecto maternal, protección paternal, realización de ideales narcisistas, de cauce de exigencias superyoicas, etc... Se olvida que la comunión no es fusión, porque la comunión sabe respetar la distancia y la diferencia 111

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