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hermanos y hermanas, y ayudar a los pobres, mediante vuestro trabajo (Pablo VI: Exhort. Apost. Evangelica Testificatio, 29 junio 1971). El problema: la enajenación en el trabajo. El trabajo como huida maníaca: Es una forma de modo de encubrir fondos depresivos, carencia y fallas que no se quieren reconocer. La actividad se convierte en una huida hacia adelante. No se puede parar, porque emerge el fondo vacío que angustia. El sujeto prefiere engañarse con un sentimiento de omnipotencia, sintiéndose el Mesías. En el profesionalismo se sustituye el ser por el hacer. La vida interior se va secando progresivamente. No hay contacto con uno mismo. El silencio y la soledad aterra. El sujeto se va alejando de sí, perdiendo autenticidad en la acomodación a las demandas provenientes del exte– rior104. Las tentaciones de la profesión son las más graves: Es un terreno fértil para sucumbir a las peores tentaciones denunciadas en el Evangelio: las del prestigio, poder y dinero. La primera y la segunda son las más peligrosas, por más fáciles, para el religioso. Se trabaja en función de suministros narcisistas, del éxito que se obtiene. Ese brillo se convierte fácilmente en el objetivo de la misión. Importa más que el Reino. O se trabaja en función del poder que se consigue en determinados medios e instituciones. Análisis transferencial: El guardián debería analizar su propia posición ante el trabajo. Conviene hace un análisis de nuestro modo de responsabilidad .Hay una patología de la responsabilidad como Superyó agobiante, que prohibe el descanso y la paz y exige un continuo sacrificio, muchas veces motivado 104 Cf. el concepto de Persona en C. G. Jung: la máscara , el Y o social , público que todos necesitamos, se hipertrofia en el profesionalismo y se hace con casi toda la personalidad. · 104
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