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cumpliendo la profecía: no me entregarás a la muerte que produce corrupción, sino que me enseñarás el sendero de la vida y me saciarás de gozo en tu presencia". II. 1 ª Pedro. 1, 17-21. Hoy los judíos están empeñados en demostrar que Jesús fue condenado a muerte por los paganos, sin que el Pueblo judío tuviese parte en su crucifixión. Pues bien, fue la insistencia violentísima de los presentes, la que obligó a Pilatos a mandar a Jesús a la Cruz. Pero ese mismo hecho estaba previsto en el plan salvador de Dios. "El Mesías tiene que morir para resucitar, y gracias a la cruz será la atracción de todo el mundo". Por tanto no tenemos que reprochar nada a quienes se empeñaron en una condena prevista para convertir a Jesús en el Salvador de la Humanidad. Dice un refrán que no hay mal que por bien no venga. Por eso no hay que lamentar en absoluto la. Pasión y muerte de Jesús, sabiendo que es parte del Plan de Dios para convencemos de que somos importantes y no hay sacrificio pequeño para conseguir la salvación. Gracias a Cristo muerto y resucitado creemos en Dios, y ponemos en Él nuestra Fe y nuestra Esperanza. III. Lucas 24, 32. Estamos en tiempo de Primeras comuniones. Y a pesar del laicismo imperante, la primera comunión de un hijo o nieto o pariente o amigo nos atrae como un imán. Porque nosotros mismos hemos pasado por esa experiencia misteriosa, que fue como la entrada en una nube maravillosa, donde Dios lo llena todo. Precisamente la narración del encuentro de Jesús resucitado con los discípulos que van a Emaús tiene como fin crear conciencia de que la Eucaristía es la 63
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