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el sepulcro vacío. Siendo claro que lo importante es que Jesús aparece tangible y audible y familiar y encantador. Decididamente asume su papel de Maestro que quitará el pecado y convierte en misioneros a los creyentes. Ellos empiezan a sentirse resucitados y resucitadores. *** Domingo IIº de Pascua, A, 1 de Mayo de 2011 I. Hechos 2, 42-47 La ejemplaridad de los cristianos de primera hora de Jerusalén, era muy llamativa, porque siendo pocos hicieron una familia a ejemplo de la familia Trinitaria, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aún vivían los apóstoles, y especialmente Pedro y Juan hacían sorprendentes milagros. Seguramente esperaban el final del mundo para pronto y por eso se despojaban de toda propiedad y lo entregaban para bien común. Vivían una fe mística, de desprendimiento y de fraternidad. Y eso atraía a personas que aspiraban a ser miembros de grupo tan espiritual. Sabemos que al cabo de algunos años se quedaron en la más clamorosa pobreza y tuvieron que ser auxiliados por los fieles que se iban agregando a San Pablo. De todas maneras fueron como un imaginario proyecto de vida religiosa consagrada. De hecho las fraternidades viven ese ideal de orar, compartir y evangelizar. Y en cierto modo procedemos todos así, porque compartimos y Uds. especialmente, lo poco o mucho con cierta generosidad. Y oramos con y por el mundo y hacemos sacrificios con los mil detalles de la vida de cada día. II.1 ª Pedro, 1,17-21. Era san Pedro el especial animador de aquella agrupación cristiana. Y veía que surgían problemas y llegaban sufrimientos con muchos interrogantes. Por eso San Pedro es un proclamador 60

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