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mandamás quería y procuraba que su pensamiento y su arma fueran dueños y señores. El caso de los Niños Macabeos, que acabamos de escuchar, se repite a estas horas en muchos sitios. Desafiar a las naciones eliminando adversarios débiles era costumbre. Los mayores nos enternecemos ante la valentía de la madre de los niños condenados por un rey que se tenía por civilizado. Para esa madre la fe en la resurrección valía como argumento para soportar la violencia de la tiranía. Y esa es la razón de que en el siglo XX en España miles y miles de personas seglares, sacerdotes, religiosos, monjas y adversarios políticos fueran masacrados. Y que en la respuesta se incurriese en excesos inadmisibles. Así el mundo va de director de escena en director de patíbulos. Y fue por eso que Jesús trajo una solución: dar él la vida para traer paz y convivencia. Otra cosa es que haya logrado ese propósito, porque estamos en tiempos en que su Pensamiento y Acción se minimizan o ridiculizan. A estas horas andan por España una bandada de tipos insultando al Papa y a los católicos. En un ambiente así se puede juntar el crimen de género con el crimen de fanatismo, porque sigue existiendo la idea de redimir al mundo con el Pensamiento Único, el del que manda o desmanda. Pues bien: quienes tenemos pensamiento cristiano vivámoslo y anunciémoslo con fuerte suavidad. Ellos no dominarán siempre. II. 2ª Tesalon.2, 16-3,5 San Pablo fue víctima del PENSAMIENTO único del Imperio y de las filosofias de moda. Sufrió hasta la muerte. Y veía que sus evangelizados empezaban a pasarlo muy mal. Por tanto los creyentes y él mismo han de cultivar la oración caritativa, orar unos por los otros y todos por el Padre en la Fe que es Pablo. Precisamente 393

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