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tierra. Y o nos ayuda, o tiene que soportar que el orbe pugne contra los insensatos. III. Luc. 17, 5-10 Según nuestro señor Jesucristo una mínima fe es capaz de trasladar montañas. En este caso los Apóstoles pensaban que el estar con Jesús era suficiente para expulsar demonios y alimentar a muchedumbres. Pues no es suficiente estar con Jesús. Hay que creer en Jesús, más allá de los posibles bienes materiales. Creer en Jesús, como Dios hombre y creer a Jesús cuando hace afirmaciones tan enormes. Pero los que llegan realmente a creerle hacen milagros. Y cuando no hacemos milagros es que no le creemos de verdad. Por eso pedir Fe es urgente. Nuestros propios problemas y los de los otros necesitan ser afrontados con claridad mental, mas también con la operación del Espíritu que nos trajo Jesús. Seguramente hacemos cosas milagrosas, a nivel sencillo. Miremos hacia adentro y busquémosle en la morada que Él anhela en cada uno. Nosotros creemos tener fe sólida y animosa. Por eso decimos Creo en Dios Padre. *** Domingo XXVIII, Ciclo C. 10 de Octubre de 2010 I. 2º Reyes 5, 14-17 De muchas maneras actuó Dios antiguamente por medio de los profetas. Por ejemplo Eliseo demuestra la verdad del Dios de Israel haciendo que las aguas del Jordán quiten la lepra a un enviado del Rey de Siria. Las súplicas y promesas a sus dioses fueron inútiles. En vista de ello, el personaje se lleva una gran carga de la tierra de Israel a su ciudad, seguramente para colocar sobre ella su mesa de trabajo 384

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