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Jesús declara el significado de los mandamientos. E insiste en que el mandamiento de respetar a la mujer y al matrimonio es esencial para los cristianos. Hay una cláusula misteriosa: el divorcio en caso de adulterio. No hay modo de que los moralistas se pongan de acuerdo en el significado de esta sentencia. El hecho es que se están declarando nulos muchísimos matrimonios, aduciendo como razón el desengaño amoroso. Y en esa línea debemos ser benignos, porque es hora de que la paridad de derechos sea verdadera. Cuando surge este problema lo mejor es ponerse enseguida en contacto con quien pueda orientar y ayudar. El SÍ y el NO deberían ser suficientes para cerrar cualquier negocio, contrato o enseñanza. Razonar demasiado enreda las cuestiones. Viene Jesús a decir que la Sabiduría que nos infunde su Espíritu nos ha de llevar a vivir en armonía con toda criatura. Lo cual es muy hermoso. Pero ahí está la piedra de tropiezo donde muchos caeremos, como profetizó el anciano Simeón. El pecado de la murmuración suele ser leve, pero se llega al borde de la calumnia o de la violación del secreto con suma facilidad. En resumidas cuentas, Jesús nos estimula a vivir en Caridad. *** Domingo VII, ordinario A. Febrero de 2011. I Levit. 19, 1-2. 17-18 Ser santos es conducirse según criterios revelados. Nuestros criterios personales son muy importantes porque se apoyan en la recta conciencia. Y se complementan con la Fe en Dios, que ha legislado precisamente para formar conciencias. Así hoy llama a 38

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