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circuncidarse, a apedrear a las mujeres adúlteras o echarlas de casa. Os habéis acercado al Mediador de la nueva alianza. Este mediador no es para asumir nuestra deuda y liquidarla mediante su sacrificio, sino para poner a nuestra disposición haberes maravillosos a fondo perdido, que no imponen IV A alguno, sino respeto al propio yo que muchas veces está malvendido y entregado a proyectos perversos. No satisface por nuestros pecados, sino invita a confesarlos para ser aniquilados por la absolución. No le importan los pecados de boca sino la satisfacción de obra. La llamada penitencia significa ponerse a la ofensiva para poder sentirse llamado a ser Hijo de Dios y hermano de todo el mundo. Porque muchas veces sentimos la angustia de si Dios nos ha perdonado, a pesar de las absoluciones. El Padre San Pío mandaba no repetir confesiones ni mentar la vida pasada. Igual que pasaron los años, así han pasado los pecados, si se ha confesado con buena voluntad. La voz que dijo: Vete en paz es poderosa y eterna. Lo que pasa es que en todo cosido hay señales del roto, pero ya no hay roto. III. Luc.14, l. 7-14 Hubo y hay encargados de enseñar las buenas maneras Para todas las circunstancias en que pueda uno encontrarse. Jesús conoce perfectamente el ritualismo de los banquetes: ofrecer agua para las manos y los pies y perfumar, si se puede el ambiente. Nada de esto hizo el fariseo Simón. Una de las buenas maneras es no buscar el primer puesto, porque en verdad tampoco se sabe dónde está. Como dijo Don Quijote a Sancho: donde me pongo yo ahí está la cabecera. 366

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