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Hoy se respetan las profesiones de otras formas de FE y las de quienes no tienen fe. Eso no debe impedir la defensa de nuestra forma Católica de creer. Para nosotros es la fe más verdadera, porque es don de Cristo. Cultivarla a la luz del día es ser sal de la tierra, entendida como saboreadora de la Verdad. Hay sal que abrasa, y sal que sazona. Agradezcamos al padre de las luces que nos haya hecho partícipes de su LUZ, mediante Cristo y en la Santa Iglesia. Amen... *** Domingo VI. Ordinario A. Febrero de 2011. l. Eclco. 15, 16-21 La libertad humana. Delante de cada uno están el fuego y el agua, la muerte y la vida. Se le dará lo que escoja. Hay que oír y pensar estas sentencias con sumo cuidado. La responsabilidad personal se va aclarando desde que se tiene o se simula el uso de razón. Escoger lo lógico, lo correcto, según conciencia, y ciencia y ley. La libertad se confunde muchas veces con el egoísmo o la soberbia, Presumir del yo pensante es peligroso. En general el pensante sensato parte de lecciones serias, y de ejemplos veraces. La importancia de los maestros y de los padres es infinita. Y esto hay que inculcárselo a la juventud. En ese sentido la famosa asignatura de Educación para la ciudadanía tiene un título magnífico. Educar para ser ciudadanos es igual que estudiar para ser creyentes y responsables. No es meter bajo ese bello nombre ideas ultra avanzadas, que envenenan la imaginación de la juventud. La pretensión, por ejemplo, de equiparar las uniones homosexuales con la categoría del matrimonio de hombre y mujer es legítima, porque la Ley lo declare. No se discuten los nombres. Pero no es lo mismo ser legal llamarse esposos dos del mismo 36

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