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el Espíritu que nos envía. Mayor argumento es imposible. Pues fijémonos que la afirmación de que el Espíritu recibirá de él lo que nos ha de comunicar, constituye una dificultad de los ortodoxos para admitir la igualdad en la unidad de las tres divinas personas. Si Jesús envía el Espíritu es que el Espíritu procede de Él. Así lo afirma el Credo Católico. Lo que pasa es que las mentes de cultura griega se significaron siempre por una capacidad inquisitoria hasta en el misterio de Dios. Si a Dios nadie lo ha visto y Jesús dice que lo miremos en Él, ¿por qué creamos problemas de escuela pasando por Maestros, cuando Jesús dice que no se llame a nadie Maestro, puesto que solo él es el Maestro? Jesús dice que muchas cosas quedan sin decir y que el Espíritu lleva a la verdad plena, a la verdad que es suficiente para llenar nuestra capacidad en este mundo. La capacidad suprema solo se da en la Visión eterna. Estaban preocupados los apóstoles por Ver Al Padre. "Muéstranos al Padre y nos basta". Felipe: quien me ve a mí ve al Padre. ¿O es que mis obras no enseñan bastante sobre el Padre? Las OBRAS también trajeron de cabeza a los luteranos. Porque Pablo afirma que no tenemos capacidad de hacer cosa alguna como procedente de facultades propias, sino que el hacer o pensar lo bueno es don de Dios. Pues sin tardar mucho Pablo hace un rosario de obras meritorias que dejan en la inopia a los demás apóstoles. O sea que cuesta poco hablar de incapacidades y luego se ofrecen capacidades inconmensurables. Santiago desafiaba a los presumidos de tener fe sin más: "yo doy testimonio de fe obrando bien: muéstrame tu fe sin obras". Naturalmente que quienes juegan con estas palabras hacen bien a manos llenas. Pero los juegos de palabras son enredos hasta para los sabios. 326
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