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Juan era el predilecto. Por tanto sintió un aprecio hacia el Maestro y de Jesús hacia él, que probablemente los demás no pudieron sentir. En algún sitio aparece que los demás les envidiaban a los Zebedeos. *** Domingo de Pentecostés .23 mayo 2010 (semana 8) I. Hechos, 2, 1-11. Esta acción políglota del Espíritu que hace que todos lo entiendan, rememora otra acción del Espíritu que enloquece a los babilonios que querían subir al cielo desde una maravillosa torre. Si de allí saca el texto que Dios confundió a quienes hablaban una sola lengua y de golpe hablaba cada uno la suya, se trató otro milagro que hace a estos dos relatos parientes celestiales, pero cumpliendo aquello de " mis caminos no son vuestros caminos", aunque el de Pentecostés sí abría un camino fascinante. Entraba en escena el Espíritu veraz que según la Biblia, llenaba el orbe la tierra. Y le tocó a Pedro convertir su voz galilea en voz universal. Modernamente se da ese fenómeno mediante la traducción simultánea. Lo interesante de este milagro es que ya oyeron hablar de Jesús resucitado todos presentes de multitud de pueblos. Fue la primera siembra apostólica. En fiesta tan grande tenían que estar los etíopes, pues de allí vino el ministro de la reina Candaces. Seguramente había venido más veces para el gran encuentro de los hebreos. Esta vez se le acercó un interesante individuo llamado Felipe, que explica al ministro quién era el personaje que intrigaba al gran señor. Concordaba lo profetizado con lo predicado: Jesús de Nazaret, encarnación de Dios. 320

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