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muchísimos más, que no se sienten pobres de Dios, o son tan pobres que no tienen ni quieren nada con Dios. El tema de las lecturas es la Pobreza. La primera nos recomienda ponemos junto a los justos, y formar parte de un Israel pobre en maldades. Sentimos menesterosos y esperanzados en el Señor. Estamos retratados: somos menesterosos. O bien porque carecemos de fuerzas para mejorar, o bien porque el culto dominical nos ofrece consuelos y esperanzas de mejorar en lo divino y en lo humano. Formamos un pueblo füico en esta ciudad que es generosa en ayudamos. Formamos un Pueblo de Dios, y en él tenemos derecho y deber de rezar, de dar gracias y de pedir ayuda para todos los componentes. Formamos la Iglesia, que en conjunto es lo que resulte de lo que sea cada uno de nosotros. Precisamente una pobreza humillante es no importarnos el bien común. Pues todos nos necesitamos y toda obra y oración que hagamos ha de ser por el bien de todos. Eso es sentirse Iglesia. II. 1ª Cor. 1, 26-31 En la carta a los Corintios san Pablo constata que el grupo cristiano está formado por personas sencillas, sin relieves sociales, ni culturales. Ni de poder. Y no es desgracia sino elección de Dios. O sea que a la Iglesia no le corresponden grandezas, y por eso somos importantes los pequeños. Y precisamente la pequeñez de los creyentes fue y seguirá siendo el testimonio de la bondad de Dios. Porque los grandes ya se arreglan, Los pequeños nos convertimos en sabios, justos, santos y redimidos por medio de Cristo Jesús. Ser cristianos es todo nuestro capital. Ese capital nos ha sido entregado por Cristo para que lo cuidemos y alimentemos con buena conciencia y oración, Palabra y Sacramentos. Siendo 32

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