BCCCAP00000000000000000001357

"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres: el Dios de nuestros (y vuestros) Padres resucitó a quien vosotros matasteis colgándole de una cruz. La diestra de Dios lo exaltó haciéndole Jefe y Salvador, capaz de perdonar los pecados. Notros somos testigos. Y el espíritu Santo que Dios da a los que le obedecen". Ante esta réplica sentencian que sigue la prohibición de seguir predicando. Y Pedro y los suyos se sienten halagados de haber sufrido en defensa de Cristo. Argumentos de Dios contra el argumento de la autoridad que también sentencia en nombre de Dios. Hoy diríamos que defienden la libertad de expresión con el objetivo más alto: poner al Espíritu Santo como testigo supremo de la realidad de Cristo vencedor de la muerte, y liberador de los pecados. Seguramente deliberaron, y entonces Nicodemo, colega del Tribunal les advierte que estos movimientos si son de Dios son invencibles. Por tanto que sepan esperar. II. Apoc. 5, 11-14 La fiesta en el cielo ha de ser sin igual. Toda criatura ha de proclamar la gloria del Cordero. Esta proclamación supone que ha ocurrido algo en las Iglesias que recibieron el aviso tan serio del Espíritu, por sus tibiezas o imperfecta defensa contra los ateos y herejes. También puede suponer que necesitasen una explosiva ración de Optimismo, viendo al Cordero triunfar de todo y de todos. La gloria de una misa papal borra la angustia de muchas misas en lugares sometidos a terribles martirios. Se cuenta que los mártires iban contentos al holocausto pronunciando cantos y rezos. 307

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz