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a correr hacia la meta que es resucitar como Jesús. Corrientemente nuestros anhelos son de menor alcance. Tener tranquilidad, poder ir a misa, que no falta el respeto en casa junto con lo material. Y si acaso ayudar a algún pobre o a la Iglesia con dineros con buen destino. Todo eso es básico. Y en eso estamos el común de los creyentes. Pero la proclamación de san Pablo busca entusiasmar a los creyentes para anhelar más altura en los pensamientos y más calidad en las acciones. Aconseja san Pablo olvidarse de lo pasado, no mirar atrás. Porque ya sabía él que el pasado nos humilla, y que quisiéramos liquidarlo. Y en las confesiones tendemos a recordarlo, Dios aconseja en la primera lectura no recordar el pasado, y Pablo vuelve a decirnos que olvidemos lo andado y corramos hacia la resurrección o sea a la salvación de cada día. III.Juan 8, 1-11 Ante la mujer pecadora halla Jesús ocasión de recordar a los celosos, que ellos podrán tener pecados tantos o más que la pobre infiel. Con lo cual nos avisa del peligro tremendo que nos acecha a cada momento de que querer liquidar de algún modo a la persona que nos cae mal o que efectivamente ha sido mala. Los acusadores intentar lapidar a una adúltera... Y dice Jesús: el adulterio no es solo el corporal sino el mal deseo hacia la mujer. Probablemente leía sus pensamientos, como leyó Daniel el de de aquellos viejos que acusaban en falso a Susana y pidieron su muerte. Daniel los llamó a juicio y recibieron sentencia de morir ellos. Con frecuencia hacemos JUICIOS temerarios, calumniosos y luego venimos a confesarlo. Lo correcto es devolver la fama a quien se la hemos robado, porque 300