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acaba el tiempo y las teorías de los que presumen de sabios, no alivian ni ofrecen metas de eternidad. 11.1ª Cor.12, 12-30. Esas metas las ofrece El Espíritu, ese omnipresente alma y poder de Dios que lo llena todo. Los muchos carismas o servicios que se ofrecen los miembros del cuerpo, todos para uno y uno para todos, son imagen de los servicios que ofrecen las sociedades y las Iglesias. Los intelectuales, los catequistas, los sanadores, los que distinguen el buen espíritu del malo, los que se adornan con una Fe clara, fuerte, sonora, los que saben explicar las ciencias cósmicas, todos son iluminados por el mismo Espíritu, que reparte los dones según su misterioso criterio. Por ello todos los que ejercen el bien son misioneros de Dios- San Pablo es el gran maestro cristiano. No ofrece datos de la vida material de Jesús, sino de su realidad y eficiencia divinas. El llamar Cuerpo místico a la sociedad cristiana donde todo se comparte, es una genialidad que iguala a todos los miembros, por encima de sus categorías sociales. III. Luc. 1, 1-4; 4,14-21. Los escritos proféticos eran muy estimados por los judíos. Y de ahí viene nuestro respeto a la Palabra de Dios. Ningún profeta se aplicó sus profecías, solo Jesús dice: Ese Espíritu que proclama Isaías está en mí y yo soy el Enviado a dar buenas noticias a los pobres, ofrecer libertad a los cautivos y vista a los ciegos y año de gracia. ¿ Quién de nosotros no se ha sentido ciego o preso? Para remediamos vino Jesús y nos dice: Hoy se cumple esa escritura que acabáis de oír. Estos anuncios deslumbrantes alegran a algunos y enrabietan a otros. Como en todo pueblo rondaban a Jesús los escribas y fariseos. No podían tolerar que 282

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